martes, 25 de enero de 2011

DECLARACIÓN INTERNACIONAL DE APOYO A LA REVOLUCIÓN TUNECINA

La Revolución tunecina es bella. De forma espontánea, sin directivas, sin organización, el pueblo tunecino se ha sublevado para derrocar a Ben Ali, un dictador que disponía de una máquina policial poderosa y con tentáculos, un dictador apoyado por todas las grandes potencias con el falso pretexto de que constituía un «muro contra el islamismo». Casi unánime, con «Fuera Ben Ali» como eslogan principal, el pueblo tunecino a triunfado frente al déspota depredador que le gobernaba. En unas semanas de intensas mobilizaciones impulsadas por el trágico sacrificio de un vendedor ambulante de una de las regiones más desfavorecidas del país, la historia de Túnez, y quizás la de todo el mundo árabe, se ha tambaleado.

Más allá de este primer éxito, sigue la mobilización puesto que todo el mundo sabe que las principales instituciones instauradas por el presidente caído siguen funcionando. Contra las fuerzas de la normalización, las fuerzas del cambio exigen en primer lugar la disolución del Reagrupamiento Constitucional Democrático (RCD) que más que un partido político es un órgano de represión, vigilancia y clientelización. Todo el mundo sabe que sin una verdadera ruptura con las instituciones instauradas por el dictador, las capas populares que llevaron el movimiento revolucionario, y en particular la juventud, corren el riesgo de ser desposeídas de su victoria en el nombre de una transición sin choques que no otorgaria mas que algunas minimas concesiones de las reivindicaciones del pueblo, parecidas a las que Ben Ali ofrecía «generosamente» un puñado de horas antes de ser cazado por las poderosas manifestaciones populares. Todo el mundo sabe que los tunecinos no esperan ni una democracia de fachada ni en absoluto quieren una politíca económica dictada por la Unión Europea y las insituciones financieras internacionales, cuyo credo neo-liberal siempre conduce a más paro y miseria. No quieren, de ninguna manera, una política extranjera sometida a los intereses de las potencias imperiales y con prisas por terminar con la Resistencia palestina. Todo el mundo en Túnez sabe que la onda expansiva de esta Revolución en el conjunto del mundo árabe es una conquista formidable la cual suscita mucha esperanza y, en consecuencia, decepcionarla sería desastroso.

La experiencia histórica ha demostrado que, frente a dinámicas de esta amplitud, los poderosos del mundo entero, los que perpetúan la opresión y la explotación, no pararán hasta reducir su alcance, hasta cortarla de raíz y, si la amenaza persiste, destruirla con la violencia. En Túnez, como ha podido ocurrir en otros lugares, no dudamos de que algunos, empezando sobre todo desde el seno de los servicios de los Estados imperialistas, estén preparando la contra-revolución para reprimir la movilizacion popular de una vez por todas.

Esto es por lo que, nosotros, militantes, intelectuales, ciudadanos, comprometidos todos con la democracia y la justicia social, saludamos al pueblo tunecino y a su Revolución de la dignidad. Nosotros le brindamos nuestra solidaridad incondicional en sus esfuerzos por la profundización del proceso democrático así como nos comprometemos a estar de su lado para preservar sus conquistas y oponerse a toda tentativa contra-revolucionaria.


Sadri Khiari

Traducción: Beatriz García-Quesada

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