COMUNIDAD NEGRA ABANDONA OAXACA POR POBREZA

Tomado de EL UNIVERSAL: http://www2.eluniversal.com.mx/pls/impreso/noticia.html?id_nota=57582&tabla=estados

Desde hace cuatro años, aumentó el éxodo de la población afro ante la falta de trabajo y crisis en el campo. Enfrentan discriminación y la pérdida de identidad

Luchan contra la marginación

ALBERTO LÓPEZ/CORRESPONSAL
El Universal
Lunes 06 de junio de 2005

SEGUNDA DE TRES PARTES .
Pinotepa Nacional, Oax. Sentada en el patio polvoriento de su modesta vivienda de El Ciruelo, con un vestido blanquísimo que contrasta con el profundo color negro de su piel, Elena Ruiz Salinas lamenta que "los negros ni siquiera estamos en los libros de historia, como si fuéramos invisibles a los ojos del gobierno".

Más adelante de El Ciruelo está Llano Grande, Tapextla, donde "no hay quien nos mire", como dice el campesino Fulmencio González Mariche, ya que la población negra se extingue por la migración. Unos niños juegan en las calles mientras los viejos descansan en sus hamacas. "Los jóvenes ya se fueron pa` Carolina del Norte", añade.

En Collantes, que como El Ciruelo pertenece a esta cabecera municipal, doña Fidela Bernal Noyola admite con pena que "la mayoría de nosotros no fuimos a la escuela y por eso no sabemos leer ni escribir". Para sobrevivir en medio de su pobreza, cuando no produce aceite de coco, ella acarrea grava del río o desgrana maíz ajeno.

No muy lejos de ahí, en Corralero, donde "la pesca se acaba y la tierra se seca", según Obdulio Serrano Morales, su compañero Anastasio Colón Rodríguez admite que "casi nadie sabe de dónde vinieron mis antepasados, aunque por ahí dicen que nuestra raíz está en África, pero sea de donde sea, no puedo negar el color de mi piel".

Historias similares se dan a lo largo de la costa chica de Oaxaca, donde, atrapados por la pobreza y el analfabetismo, los afromexicanos denuncian que son víctimas de la discriminación y admiten que han perdido su identidad cultural al tiempo que la población se extingue por la alta migración.



Discriminación

Con indignación, Elena Ruiz Salinas pregunta: "Si nuestros antepasados pelearon por la causa de la Independencia, ¿por qué la historia de México no nos reconoce en los libros de texto? ¡Eso es una forma de discriminación contra los negros!, y nos sentimos mal al saber que no tenemos nuestro espacio en la historia".

Nieta de Artemio Ruiz, uno de los negros que desembarcaron en el siglo pasado en Puerto Minizo, aquí en la costa chica, Elena recuerda que de niña le decían "negra vendepescado", hasta que se rebeló a golpes y "¡jamás fandango al cielo!", o sea, que nunca más la ofendieron "porque el color de mi piel es motivo de orgullo, no de burla".

Gladis Arellanes Herrera, maestra de la telesecundaria de Llano Grande Tapextla, cuenta cómo vivió la discriminación. "Mi pareja, con quien vivía en unión libre, enfrentó el reclamo de su familia que le decía: ¿Cómo que te vas a casar con una negra? ¡Los negros tienen costumbres muy feas! Me abandonó y no conoce a su hijo".



Pérdida de identidad

Obdulio Serrano Morales, pescador de 75 años de edad de Corralero, dice que le apena desconocer el origen de sus raíces. "No sé nada, nadie nos contó cómo fue que llegaron por acá nuestros antepasados. Nada más sé que nací aquí", comenta en medio del mutismo porque "tampoco se leer ni escribir".

De acuerdo con las investigaciones del organismo México Negro, que busca recuperar la identidad cultural de los afros, los primeros negros "llegaron a la costa como esclavos hace 470 años para el corte de algodón, luego que parte de la población nativa murió por la peste", señala el director de la Casa de Cultura, Pedro Baños.

"Los afros llegaron del Congo, Mozambique y de Angola", añade, al tiempo de precisar que desde México Negro la comunidad afromexicana busca que se reconozcan sus derechos como pueblo afro, que aparezcan en los libros de texto y que cuenten con representación en los congresos.

"El problema de la pérdida de identidad cultural, aunado a la discriminación racial, es que entre los propios descendientes de afros niegan su negritud", asegura Elena Ruiz, quien reconoce que el racismo aún existe entre los pueblos negros porque hay gente que no quiere recordar sus raíces.

La profesora Gladis Arellanes Herrera admite que los mismos descendientes de los afros se rechazan. "Al terminar la carrera de maestra, mi mamá me dijo: `Ahora ya te puedes casar, pero por favor no te cases con un negro, porque, imagínate, si eres negrita, ¿cómo serán tus hijos?`".



Sin dinero

La población descendiente de los afros se extingue, puntualiza Pedro Baños, director de la Casa de Cultura de esta ciudad. "Hay una migración desbordada de unos cuatro años para acá, por la pobreza". Dice que afros en línea directa quedan como 5 mil y unos 15 mil hijos de mestizos con afros.

"La gente se va porque aquí no hay trabajo, la milpa ya no se da y, pues, no hay dinero", justifica el agente municipal de Tapextla, Higinio Guillermo Verónica Cruz, quien apenas regresó de Carolina del Norte, donde trabajó cinco años.

En las comunidades afromexicanas, la insalubridad salta a la vista. "No hay drenaje y tampoco fosas sépticas; las casas de salud no tienen médicos ni medicinas; se bebe de los pozos por la falta de agua potable y las polvorientas calles, así como las viviendas con piso de tierra "enferman a los niños de bronquitis", aseguran.

Bajo ese panorama y sentado en su vivienda, con unos ojos de tono verde que buscan en la inmensidad de la llanura la respuesta a la pobreza, mientras su esposa postrada en la cama espera la visita del médico que podría tardar alrededor de 30 días para llegar a Llano Grande, don Fulmencio lamenta que aquí "no hay quien nos mire".