jueves, 13 de septiembre de 2012

PRIMER CONGRESO DEL NEGRO PANAMEÑO

Por: Alberto Barrow
La Organización de Naciones Unidas (ONU) ha designado el 2011 como Año Internacional de los afrodescendientes.  Desde luego que ese intersticio dará lugar a muchas reflexiones y acciones en torno a esta gran Diáspora, que irán ofreciendo un perfil de su discurrir histórico, su situación actual, y perspectivas, en un contexto postmoderno que en mucho se caracteriza por una perversa insistencia en borrar las especificidades e identidades etno-culturales, so pretexto de favorecer “lo universal”.
 
En el caso de nuestro país, seguro que varios actores del movimiento social afropanameño harán presencia pública colocando distintos aspectos atinentes a este grupo humano.  Desde la institucionalidad estatal habrá que ver cómo se asume el tema en tanto que Panamá es miembro de la ONU.
 
A escasos meses del inicio del Año Internacional de los afrodescendientes vale la pena recuperar, para nuestra memoria histórica como panameños, un acontecimiento que se dio hace casi tres décadas, justamente en septiembre: El 1º Congreso del Negro Panameño.  
 
Ese magno evento tuvo lugar entre del 10 al 13 de septiembre de 1981, en el Centro de Convenciones ATLAPA, en ciudad de Panamá.  Como los hechos habrían de comprobar en el decurso de las jornadas desarrolladas durante el cónclave, la iniciativa no fue fruto del capricho de unos “acomplejados”, como señalara un reputado periodista local de la época.  Tampoco fue pensado como un acto para atentar contra la unidad del pueblo panameño, tal y cual afirmaban algunas voces públicas en el momento.  El 1º Congreso del Negro Panameño obedecía a una necesidad real y palpitante de una parte de la sociedad panameña.  Fue el resultado de un proceso de acumulación de sostenidas luchas de distintos sectores organizados de la población afropanameña, quienes de una forma u otra intentaban brindarle algún tipo de respuesta a las variadas expresiones de la cuestión étnica y racial en el país, con el entendimiento que, en efecto, éste era (y sin duda lo sigue siendo) un asunto trascendente para hombres y mujeres cuya ciudadanía plena, históricamente, ha tenido que sortear un mar de dificultades, por razón de su genealogía africana.
 
Recuerdo el ambicioso temario que se impuso el Congreso.  Las discusiones pasaron por temas como: Los aportes del negro a la cultura nacional; el negro y las luchas socio-políticas en Panamá; “Antillanos” y “Coloniales”; problemas del trabajador panameño en las Áreas Revertidas y militarmente ocupadas en la franja canalera; las relaciones del negro panameño con otras minorías raciales; y la lucha internacional contra la discriminación racial y el Apartheid. 
 
Una Mesa Directiva, con distinguidos dirigentes afropanameños(as), fue integrada para guiar las sesiones.  El grande y carismático dirigente sindical de los trabajadores del área canalera, y quien años después integró la Junta Directiva del Canal de Panamá, Luis Anderson (+) presidió el Congreso.  Como vicepresidentes actuaron: Gerardo Maloney, destacado sociólogo, poeta y cineasta; Graciela Dixon, para entonces una muy sobresaliente voz en pro del movimiento popular; Eugenio Barrera (+), valeroso impulsor de la “Marcha del Hambre de Colón”;  Woodrow Bryan (+), fogoso dirigente popular forjado en las bananeras de Bocas del Toro; Harley James Mitchell, hoy miembro de la Corte Suprema de Justicia; Karl Austin, un muy prestigioso galeno e investigador; George Fisher (+), quien entre otros cargos públicos había fungido como Agregado Laboral en la Embajada de Panamá en Washington, D.C.; Luther Thomas (+), para la época, miembro del Buró Político del Partido del Pueblo; y George Priestley (+), prolijo académico e investigador social. El recientemente desaparecido Dr. Diógenes Cedeño Cenci, insigne ex Rector de la Universidad de Panamá, fue el Presidente Honorario de la histórica reunión.
 
Como un “detalle”, me viene a la memoria el cariñoso y sostenido aplauso que todos los presentes en el Teatro La Huaca del Centro de Convenciones ATLAPA le regalaron a Don George Westerman (+), periodista, historiador, deportista, diplomático, ensayista (Los Inmigrantes Antillanos en Panamá), por toda una vida de entrega a la reivindicación de los históricos aportes de los afropanameños, y del negro Antillano en particular, a la construcción de la Nación panameña.  Sobre este personaje de nuestra historia patria, vale aquí acotar que también fue secretario privado de Ernesto de la Guardia Jr. , Presidente de la República (1956-1960).  
 
Tres días de enriquecedores debates, y una gama de resoluciones adoptadas por los participantes en ese Congreso, marcaron la ruta del movimiento social afropanameño en los años que se sucedieron, y sentaron las bases para el 2° y 3° Congreso del Negro Panameño, celebrados en septiembre 1983 y noviembre 1988, respectivamente.
 
Dicen que lo que no se escribe corre el riesgo de ser olvidado, sobre todo en el mundo de hoy tremendamente marcado por la inmediatez.  En la antesala del Año Internacional que adoptará la ONU en 2011, y mediando casi 30 años con respecto al memorable Primer Congreso del Negro Panameño, afirmo sin riesgo de equivocarme, que ambos referentes están en histórica simetría de propósitos, cual es: Una mirada a los afrodescendientes en sus particularidades socioeconómicas, políticas y culturales.
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*Fue Secretario Ejecutivo del 1º, 2º y 3º Congreso del Negro Panameño.  
(+) Fallecido.

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