Fuente: http://www.lajiribilla.cu/2012/n594_09/594_25.html
Por: Cristina Hernández
Un nuevo paso de avance en pro de superar las
antiguas barreras del racismo y la
discriminación asentaron en La Habana casi una
treintena de líderes y activistas sociales por
la equidad racial de Colombia, República
Dominicana, Puerto Rico, Cuba, Costa Rica,
Ecuador y Venezuela. La Articulación Regional
Afrodescendiente de América Latina y el
Caribe (ARAAC) revitalizó sus redes y
alianzas luego de un período de cierta
inactividad, en una reunión constitutiva
celebrada los días 20 y 21 de septiembre, donde
se debatieron principios, estrategias de trabajo,
objetivos y estructuras del colectivo, así como
propuestas concretas de acción en los
contextos nacionales y de región.
Protagonistas de una historia reciente de
lucha por la equidad racial tomaron parte en
el evento, entre ellos Altagracia Balcacer,
dominicana al frente de la Red de Mujeres
Afrolatinoamericanas, Afrocaribeñas y de la
Diáspora; Epsy Campbell, política y economista de
Costa Rica; Carlos Rosero, miembro del
equipo de coordinación Nacional del Proceso de
Comunidades Negras en Colombia; Aiden Salgado,
miembro del colectivo de estudiantes
universitarios afrocolombianos, entre
otros.
De Cuba se
sumaron alrededor de 20 intelectuales y
líderes de las comunidades con prestigio en
estas luchas, entre ellos el ensayista
Roberto Zurbano, el politólogo Esteban
Morales, la historiadora Daysi Rubiera, la
activista afrofeminista Sandra Álvarez, la
investigadora y presidenta del Instituto
Cubano del Libro Zuleica Romay, el antropólogo
Tomás Fernández Robaina y la socióloga Mayra
Espina.
“Como articulación de redes progresistas que
nos oponemos tanto al racismo como al
imperialismo y a la globalización neoliberal
capitalista, para nosotros es de suma
importancia el reunirnos en Cuba, precisamente en
el 2012, cuando en este país se conmemoran el
bicentenario de la Revuelta de Aponte y el
centenario de la masacre de los Independientes
de Color, en medio de profundos procesos de
reflexión y actualización del
proyecto socialista cubano”, declaró en el
discurso de apertura el académico puertorriqueño
Agustín Laó Montes, profesor e investigador
del Centro de Estudios Latinoamericanos y del
Caribe.
Precisamente, uno de los resultados concretos del
intercambio fue la constitución del
capítulo cubano de la red, que seguirá su
trabajo el lunes
24 en una reunión nacional para definir una
plataforma inmediata de trabajo.
A unos meses de concluirse
el Año Internacional de los
Afrodescendientes en 2011, declarado por la
organización de Naciones Unidas (ONU), el
encuentro sirve además de antesala al Decenio
de los Afrodescendientes, impulsado por este
organismo internacional a partir de 2013.
Como
puntos de partida de su proceso de
articulación histórica en este siglo, el grupo
identificó la Conferencia Mundial contra
el Racismo, celebrada en Santiago de Chile
en el 2000 y la Declaración y Plan de Acción
de Durban, 2001, ambas herramientas útiles
para garantizar los derechos de los y las
afrodescendientes.
Sin embargo, las propuestas de los
diferentes foros celebrados desde entonces
no han podido evitar que más de 150 millones
de afrodescendientes en Latinoamérica sigan
sufriendo desigualdades sociales y
económicas, además de discriminaciones que
se entrecruzan con lo cotidiano, subjetivo y
simbólico.
Encontrar mecanismos que
permitan incidir en formas de relación,
articulación y comunicación desde acciones
específicas para que la población negra y
mestiza pueda adquirir el protagonismo que
le corresponde, fue uno de los propósitos
del encuentro.
“Luego de una fragmentación que tuvimos, en
cierta medida por la capacidad del
capitalismo neoliberal de colocar parte de
nuestro movimiento, estamos en un momento de
rearticulación del movimiento social
afrodescendiente”, indicó Laó en el cierre
de la cita.
“Es fundamental que quede claro que para la
articulación regional ha sido una reunión de
carácter constitutivo, que comienza a fluir una
estructura y que abrimos un campo de articulación
permanente con Cuba”, añadió.
ARAAC se define como una
articulación de la sociedad
civil “que exige a nuestros gobiernos
compromiso institucional con nuestros
derechos y demandas, donde estarán
incorporados integrantes de gobiernos que han
sido militantes afrodescendientes
comprometidos, reivindicando nuestro derecho
como ciudadanos y ciudadanas a participar
en las estructuras de poder gubernamental”,
indica el Manifiesto de la organización,
dado a conocer este viernes en la capital
cubana.
Entre los
principios consensuados se encuentra el
compromiso con la justicia social y la
transformación histórica de las sociedades,
en lucha frontal contra el racismo y a favor
de los derechos de las personas
afrodescendientes.
La ética imprescindible para una articulación de
este tipo estuvo entre los puntos más
debatidos, pues resulta necesario partir del
respeto al otro y la otra, desde una
construcción positiva de propuestas y de la
voluntad de reaccionar a las ideas con ideas, y
no con enfrentamientos lascivos.
Para seguir perfilando los
caminos de la organización se establecieron
como objetivos contribuir al protagonismo de
la población afrodescendiente en
América Latina, el Caribe y la Diáspora
desde una perspectiva emancipatoria; articular
acciones prácticas para la eliminación del
racismo y la discriminación racial;
desarrollar estrategias políticas que enfaticen
una mayor articulación afrodescendiente
paralela a los programas de la región; proponer
una metodología de trabajo que socialice la
toma de decisiones a partir de la diversidad
y consenso, construyendo la unidad estratégica
entre individuos, grupos, comunidades y
organizaciones de la sociedad civil;
estimular la alianza con los medios de
comunicación, universidades, sindicatos, y
entidades gubernamentales; propiciar la
incorporación y la participación de los
actores, comunidades y sectores sociales,
históricamente marginalizados, a la
lucha por la equidad y el disfrute del
bienestar; diseñar una estrategia mediática que
tenga en cuenta desde la producción audiovisual
hasta el consumo cultural; diseñar e
implementar un sistema de seguimiento y
monitoreo de las políticas y programas de
desarrollo en la región, con criterios e
indicadores antirracistas; impulsar la
participación y la representación
cualificada de los afrodescendientes en
todos los espacios de la vida cultural,
económica, social, institucional y política;
así como elaborar un plan de acciones para
el Decenio de la Afrodescendencia.
Entre las temáticas
discutidas reaparecieron asuntos abordados en
reuniones anteriores como el de la soberanía
territorial, el manejo de recursos naturales,
la democracia y representación política,
los derechos, el protagonismo de las
mujeres, la juventud, los censos y datos
estadísticos, la religiosidad, entre otros.
Las discusiones tomaron en
cuenta la necesaria transversalización del
enfoque de género más allá del mero
reconocimiento discursivo, sino a partir de
la conciencia de que las mujeres negras
sufren una doble discriminación, por razones
de raza y género, a lo que se suman otras
condiciones que potencian las desigualdades
como la clase, posición territorial,
religión, etc.
Altagracia Balcarcer llamó a tener en cuenta
esta perspectiva cuando se analizan las
distintas maneras de incidir en los países.
Por ejemplo, en Haití las mujeres y niñas han
sido sometidas a reiteradas violaciones
producto de su vulnerabilidad en medio
del caos social potenciado por los fenómenos
naturales. Asimismo, los procesos de paz en
Colombia son necesarios de acompañar con
los lentes de género, pues debe tenerse en
cuenta la participación y las situaciones
específicas que ha vivido la mitad femenina,
en especial la afrodescendiente, dentro de
esos espacios.
El
encuentro de La Habana sacó a relucir otros
asuntos poco abordados por el movimiento. La
información, comunicación y
producción audiovisual se manejó como un eje de
articulación regional y con el Caribe,
fundamental según las condiciones y dinámicas
de las generaciones actuales. La periodista
cubana Julia Mirabal recalcó que los medios
de comunicación se convierten en
reproductores de la discriminación en
nuestros días, tanto por la presencia
estereotipada de las personas
afrodescendientes como por el silenciamiento de
sus realidades y la lucha por sus derechos.
No obstante, significó que estos mismos
espacios, cuando se utilizan de manera
consciente y utilizando los medios alternativos,
puede convertirse en una herramienta para
potenciar los derechos de estas poblaciones.
El intercambio
comunitario de saberes y liderazgos como
acción de fortalecimiento organizativo y la
cultura como eje de autoafirmación,
resistencia y transformación social
fueron otros de los aspectos medulares
avistados por la reunión para su trabajo
sistemático.
La
solidaridad con Haití, nación afectada por
severos fenómenos naturales, y Colombia,
inserta en un proceso de paz, urge diseñar
acciones concretas por parte de la red.
Sobre la estructura posible
de la organización se perfilaron un espacio
de Coordinación Regional, espacios de
Articulación Nacional y Coordinaciones
temáticas que trasverzalicen la acción
nacional.
El foro se
proyectó como un espacio de concertación
regional para articular un plan de acciones
en cada uno de los países y en la región,
así como participar de manera crítica y
activa en el Decenio Internacional de los
Afrodescendientes.
“Esta reunión familiar, orgánica y militante
de La Habana ha sido un impulso en el
camino de todos aquellos que trabajamos en
pos de la equidad racial por alcanzar toda
la justicia”, indicó el manifiesto.
Para el intelectual Roberto Zurbano,
“lo más importante son las propuestas de
trabajo, llegar a las comunidades, a las
provincias, a otros países”.
Por su parte, la costarricense
Ebsy Campbell llamó a no perder de vista la
posibilidad de crear nuevas mayorías
empoderadas, desde un proceso de
transformación profunda de las sociedades hasta
ahora conocidas para llegar al ideal de una
humanidad verdaderamente de todos y todas, sin
importar los matices de la piel.
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