- La luz verde a la expulsión de ciudadanos del nuevo Sudán del Sur pone en el disparadero a los 30.000 inmigrantes africanos de Tel Aviv
Día 13/06/2012 - 19.06h
En medio de la ola de arrestos de inmigrantes sursudaneses en Israel, que se ha denominado “Operación vuelta a casa",
los ciudadanos de este país recién escindido protestan por la
intimidación policial y las malas formas con se están llevando a cabo
los arrestos.
Desde
que un tribunal en Jerusalén levantase el estatus de “protección
colectiva” para los inmigrantes africanos la semana pasada, el gobierno
israelí declaró que Sudán del Sur,
recién independizada del norte hace diez meses, ya no suponía un
peligro para sus ciudadanos y que éstos debían de volver a su país de
origen.
En la organización para los derechos de inmigrantes africanos, Assaf, en el sur de Tel Aviv,
se quejan de que a pesar de que se prometió que se daría una semana a
los sursudaneses, la policía de inmigración está produciendo arrestos
antes del fin del plazo. Según Orit Ruvin, coordinadora de Assaf, muchos arrestos se están llevando a cabo en medio de la noche, de madrugada, como si se tratase de criminales peligrosos.
“Llegan
a las cinco de la madrugada, fuerzan la puerta y les dan un susto de
muerte,” dice Orit en las oficinas de la organización. “Les obligan a
empaquetar todo lo que tienen en cualquier maleta o bolsa que haya por
la casa y luego les llevan a un cajero a que saquen todo el dinero que
tienen, por que será la última vez que puedan sacar dinero en Israel.”
Mientras,
en la oficina, una mujer de Sudán del Sur se aguanta las lágrimas
mientras los voluntarios de Assaf le ayudan a rellenar los papeles de la
partida voluntaria.
“Victoria
lleva en Israel varios años,” comenta otra voluntaria del centro, “y
aunque lleva trabajando todo ese tiempo, no va a poder recibir la
indemnización por cese de trabajo
que le corresponde por que le obligan a marcharse en unos días, con lo
que se quedará si el dinero que le pertenece legalmente.”
Para
Orit, la prisa es una estrategia puramente política para quedar bien
con la opinión pública israelí. Hace varias semanas una manifestación contra los inmigrantes africanos resultó en una batalla campal entre los vecinos del sur de Tel Aviv y la comunidad africana, a la que achacan el alto nivel de crimininalidad en la zona.
“Les
están metiendo prisa por que es una maniobra política para quedar bien
con los vecinos y parecer que están solucionando de manera rápida las
quejas contra los africanos. Es como decir 'mirad, mirad cómo nos
preocupamos por vosotros, les estamos echando,' comenta Orit.
Campaña xenófoba
La policía israelí, que comenzó a arrestar tan sólo tres días después del fallo del tribunal, y no una semana después como se estipuló, ya ha detenido a 200 ciudadanos del Sur de Sudán que serán deportados en los próximos días.
Pero a pesar de los arrestos y la futuras deportaciones en masa, muchos vecinos del sur de Tel Aviv quieren que se marchen los 30.000 africanos que residen en la ciudad. “!Que se vayan, que se vuelvan! ¿Qué hacen aquí más que robar y acosar a las mujeres?
Desde que llegaron esta parte de la ciudad parece todavía más un
basurero, mira a tu alrededor y dime si no te da asco. No sirve que se
vayan sólo los del sur, ¡que se vayan los del norte, los del Congo,
Eritrea y todos!,” clamaba enfadado un vecino y dueño de un puesto de
refrescos de la calle Neve Shaaman.
Aunque por el momento el resto de africanos de países en guerra, como Sudán del Norte y Eritrea,
no tienen peligro de ser expulsados, muchos temen también que una vez
abierta la puerta de salida, ya no se cierre más. Sobre todo porque
desde la prensa israelí el ministro de interior, Eli Yishai, asegura
todos los días que no detendrá su batalla personal de echar a los
“infiltrados” que están ensuciando el “sueño sionista.”
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