jueves, 3 de mayo de 2012

CARTA DE LA ASOCIACIÓN DE CONSEJOS COMUNITARIOS DE CARTAGENA AL DIARIO "EL UNIVERSAL"


Cartagena de Indias, 19 de abril de 2012

Doctor
PEDRO LUIS MOGOLLÓN
Director Diario El Universal
Cartagena de Indias

Cordial saludo

Con suma extrañeza y preocupación hemos venido observando la forma como desde la línea
Editorial y periodística de ese importante medio de comunicación se trata de sembrar una matriz de opinión negativa frente a la garantía y respeto de los derechos que nos asisten como comunidades negras, a través de epítetos y estigmatizaciones generalizadas cuando se nos califica de invasores y chantajistas.

En reiteradas oportunidades las notas periodísticas y editoriales de El Universal califican por ejemplo a los habitantes de Marlinda y Villa Gloria como invasores, desconociendo el derecho a la posesión del territorio ancestral que le asiste a quienes allí habitan desde finales del siglo XIX.  Así lo dice el editorialista cuando escribe: La Zona Suroriental, la Suroccidental, las laderas de La Popa, las orillas de la Ciénaga de la Virgen, Policarpa, Mandela y Marlinda, entre muchos otros lugares, hoy centro de grandes masas de habitantes urbanos marginales, surgieron todos de las invasiones. Y cuando estos barrios ya no tienen más espacios, los hijos y nietos de invasores buscan nuevos horizontes, para invadirlos también. Tienen pocas posibilidades distintas de conseguir donde vivir, y saben que en muchos casos, las invasiones no solo quedarán impunes, sino que serán legalizadas después”.

Usted, Dr Mogollón,  sabe que Marlinda y Villa Gloria no son comunidades aisladas del cordón umbilical que histórica y ancestralmente las une a lo que hoy se conoce como cabecera “urbana” de La Boquilla. Esa es una misma comunidad con iguales referentes socioculturales y económicos.

En esta opinión lamentablemente lo acompaña el Sr. Alcalde, Campo Elías Terán Dix, cuando deja un manto de confusión al referirse a los legítimos poseedores de la Isla de Tierra Bomba en los siguientes términos: Lo primero es conciliar con los invasores. Después tenemos que defender la isla del cambio climático con un proyecto de 23.000 millones de pesos para construir los espolones. Estoy en conversaciones con el ministro de Minas para llevar gas natural y agua. Y estamos pensando en un desarrollo con los mejores estándares ambientales. Vamos a hacer hoteles, campos de golf y conjuntos residenciales”. 

¿A qué invasores hace referencia el Sr. Alcalde? ¿A los nativos o a los de cuello blanco, a los inversionistas o a quién? El pueblo de Cartagena sabe muy bien la historia de Tierra Bomba y desde cuando tuvo que desplazarse a la Isla.
Con mucho respeto creemos que ese importante medio de comunicación sin la contextualización debida contribuye a la desinformación de la sociedad, lo que sin duda alguna se concreta en comportamientos hostiles y de agresión contra las personas que ocupan legítima y legalmente  esos territorios. Todo esto amén de la mácula a la que se condena a todo un conglomerado humano sólo por el hecho de ser comunidad negra y ser poseedor de un territorio apetecido en los actuales tiempos por grandes inversionistas.

Este comportamiento trata vanamente de afianzar el continuo histórico de despojo y destierro de las comunidades afrocartageneras, tal como ocurrió para vergüenza de nuestra historia con Tierra Bomba, Chambacú y El Papayal. Situación que también se refleja en La Boquilla, donde los invasores de cuello blanco no inspiran “campañas” sistemáticas de “denuncia” como ocurre con los sectores desvalidos y empobrecidos que lo único que poseen es un territorio donde “caer muertos”.

Al compás de lo ya afirmado, percibimos el inicio de la descalifcación y descolorización del sagrado derecho a la Consulta Previa, como un mecanismo idóneo de participación de las comunidades étnicas. Aseveraciones tan tajantes como las que se plantean en el editorial de El Universal, publicado el 31 de marzo de 2012, bajo el titulo “El Dique se crece”, donde al tenor expresa En Bolívar se debería acometer muy pronto la construcción del puente nuevo en Gambote, al igual que tres viaductos y elevar la calzada 2 metros entre la nueva estructura y Corralito (en tierra firme arjonera), lo que afortunadamente no requiere la consulta previa establecida por la Ley 70 (o ley Mónica, por su creadora, Mónica Restrepo Hernández), un instrumento maravilloso de participación de las comunidades para que el Gobierno no las pueda atropellar, pero lastimosamente convertido con frecuencia en un medio de chantaje por algunos líderes comunitarios que pretenden medrar a su amparo y a espaldas de la comunidad”.

Exhala el entrecomillado un dejo de satisfacción por la no realización de la consulta previa a las comunidades, por los proyectos allí mencionados, dados que están “en tierra firme arjonera”. Ignora el editorialista que en las zonas del Canal del Dique existen comunidades negras, y que por ese sólo hecho de carácter fáctico son sujetos de derecho – sentencias T745 de 2010 y  T129 de 2011. Allí están las comunidades de Rocha y Leticia, por ejemplo que están organizadas en Consejos comunitarios.

El calificar como invasores y chantajistas a dirigentes y comunidades negras de forma generalizada coloca a quien así piensa en la orilla del racismo y la discriminación. Esas son las excusas perfectas que entes estatales y privados toman como pretexto para evadir la responsabilidad en el respeto y cumplimiento de los derechos fundamentales que les corresponden por orden de tratados internacionales, mandato Constitucional y legal y sentencias de las altas cortes a las comunidades negras. Con esos falaces argumentos se “legitiman” las brechas que evitan el cumplimiento de los Objetivos del Milenio para con los y las afrodescendientes, tal como lo ha expresado con rigurosidad el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Es por ello que no aplican una verdadera política de inclusión en el desarrollo de nuestras comunidades. 

Solicitamos a Usted, dar a conocer de manera concreta quiénes son esos líderes comunitarios que “han convertido con frecuencia en un medio de chantaje” los mecanismos de participación como la consulta previa. O colocar en conocimiento de las autoridades judiciales correspondientes los casos que sirven de soporte a afirmaciones como estas.

Dr. Mogollón, son muchos los periodistas y comunicadores sociales que – aquí sí desafortunadamente-  han estado y están involucrados en actos de corrupción que han sido y son de conocimiento  de los órganos de justicia, en pleno comportamiento delictivo y antiético del deber ser de una profesión tan bella y necesaria para un verdadero marco democrático. Ello, Dr. Mogollón está lejos de motivarnos a insinuar en lo más mínimo el desconocimiento o vulneración de derechos sagrados y patrimonios de la humanidad: la libertad de expresión, la información veraz e imparcial y la de fundar medios masivos de comunicación, en correspondencia al artículo 20 de nuestra Carta Magna. Porque entendemos que estaríamos Dr. Mogollón legitimando un pensamiento que soportaría comportamientos autoritarios y/o tiránicos.

Permítanos por último, exhortarlo a que suspenda esa campaña sistemática de desconocimiento de los derechos que nos asisten y que desde su privilegiado cargo generemos acciones propositivas dirigidas a comunidades, autoridades estatales y gremios de la producción sobre los DERECHOS y DEBERES que nos asisten y corresponden a todos, y en especial a las comunidades negras, la cuales están condensadas en todo el acervo cultural-ancestral y el marco legal diferencial que nos rige en Colombia hoy día.

De Usted,


HENRY GUIZAMANO VIVAS
Presidente y Representante Legal


[1] Editorial El Universal, “Invasión de Tierras” – 15 de febrero de 2011.
[2] “Los pobres sí pueden gobernar”, entrevista Revista Semana.com,  Sábado 28 Enero 2012

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