Buenas noches. Anexo les comparto el pronunciamiento que le enviamos algunos activistas y organizaciones afro de Medellín al Museo de Antioquia, a proposito de la exposición que se encuentra exhibida en sus salas intitulada “COLOMBIAS 200 años. Historias, imágenes y ciudadanías'', frente a lo cual sólo nos queda recordar y prácticar aquel bello proverbio africano:
''Hasta que los leones no tengan sus propios historiadores, las historias de caza siempre glorificarán al cazador'' (Igbo, Nigeria)
Un abrazo,
Melquiceded Blandón
Medellín
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CARTA ABIERTA A LA ADMINISTRACIÓN DEL MUSEO DE ANTIOQUIA
Medellín, 05 de octubre de 2010
Señores y Señoras
MUSEO DE ANTIOQUIA
Medellín.
Asunto: Pronunciamiento de las comunidades afrocolombianas de Medellín sobre la exposición “COLOMBIAS 200 años. Historias, imágenes y ciudadanías’’.
En el día de hoy visitamos la exposición del asunto y nos sorprendió ver como en ella se fortalecen los estereotipos negativos que ha fijado la sociedad dominante con relación a la afrocolombianidad, a través de los cuales se ridiculiza y se presenta a estas comunidades como parias que no han aportado nada trascendental a la construcción de Colombia, sus regiones y localidades, dando continuidad a su tergiversación histórica e invisibilizando su papel como sujetos creadores y constructores de los más preciados valores materiales e inmateriales que configuran la sociedad colombiana.
Realmente para nosotros esta visita fue frustrante, la escasez en el repertorio artístico, la monotonía histórica y el marcado énfasis en la ideología de la ‘’independencia’’ que elaboró la nación blanco - mestiza, a través del refuerzo en los mitos, valores, símbolos y supuestos héroes patrios, refleja el poco sentido crítico y la continuación de los representaciones ficticias y excluyentes de la historia oficial nacional.
De igual forma, aunque la exposición “COLOMBIAS 200 años. Historias, imágenes y ciudadanías’’, tuvo la curaduría del Museo de Antioquia y de la
Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín, nos llama poderosamente la atención la forma como se representan los llamados ‘’sectores subalternos’’, pues ante la invisibilización de las comunidades afrocolombianas durante toda la exposición, sólo se deja un fragmento de ella para la exposición de una (1) instalación artística, espacio donde también ubican otras instalaciones sobre las comunidades indígenas, la población LGBT y la última sobre personas en situación de discapacidad. Frente a lo cual, rechazamos la manera como se homogeneízan situaciones histórica y socialmente diferentes, reconociendo y mezclando discriminaciones diferenciables, por la vía de la exclusión y negación del racismo que ha caracterizado nuestra travesía en las Américas por más de 500 años.
No obstante, no podemos pasar por alto, que aunque la instalación artística sobre las comunidades afrocolombianas fue idea y creación de la artista afrocolombiana Liliana Angulo, una mujer afrocolombiana que desde hace tiempo atrás se ha presentado públicamente como difusora de la cultura y los aportes históricos de las comunidades afrocolombianas, esta sólo refleja su descontextualizada propuesta, más no es la posición de las comunidades afrocolombianas y su movimiento social organizado.
Es inconcebible que a estas alturas de nuestra vida republicana y después de casi 20 años de vigencia de nuestra última constitución, que define a nuestro país como una sociedad pluriétnica y multicultural, y ordena la defensa y promoción de la diversidad humana nacional, vemos como una exposición que tiene como propósito conmemorar los 200 años de “Independencia” Nacional y mostrar las construcciones culturales y de ciudadanía en todo este tiempo; en el caso de los afrocolombianos, raizales y palenqueros se limite a mostrar un video repetitivo de un afrocolombiano, provisto de una vestimenta estrafalaria, bailando salsa, en un estrecho salón decorado con un mural de papel estampado con la palabra: “Trabaje como negro”, quizás más de mil veces.
Interpretando el espíritu de la Constitución Nacional de 1991, de la Ley 70 de 1993, de la Ley General de Educación de 1994 y de la Ley General de Cultura, el propósito que debe motivar hoy a las instituciones estatales y a todos y todas los/as las colombianos/as, es el reconocimiento respetuoso de toda la rica diversidad que caracteriza a Colombia, sus regiones y localidades, en aras de la construcción de una identidad nacional que refleje nuestras múltiples identidades. Y en este sentido, la referida exposición deja mucho que desear, ya que no aporta nada.
Por experiencia acumulada a nivel mundial, la construcción y fortalecimiento de la identidad cultural de los diferentes segmentos poblacionales desde la interculturalidad, además de contribuir al fortalecimiento del patrimonio cultural de la localidad, región o país, puede ser una excelente garantía para el fortalecimiento de la cultura ciudadana de convivencia pacífica, que tanto anhela la sociedad colombiana y Antioqueña en particular.
Para ello es necesario partir de una adecuada definición de cultura, que tenga en cuenta a todas las expresiones, costumbres, acciones, objetos, valores, construcciones, creencias, obras, paisajes y todo lo que haga parte de un sistema comunicativo y cognitivo, teniendo en cuenta el contexto histórico.
Además, es menester que dicha definición incluya una concepción de la cultura ciudadana fundamentada en el conocimiento y reconocimiento de los aportes de las diferentes etnias o colectivos humanos a la construcción espiritual y material de la sociedad, en su interacción, para que de esta manera se establezca un marco de respeto de las diversas manifestaciones identitarias, étnicas y culturales, tal como lo ordenan la Constitución Nacional de 1991 y las leyes arriba citadas.
Consecuente con lo anterior y con la fecha en conmemoración, la exposición mínimamente debió recoger los siguientes ejes temáticos:
1. Aspecto Histórico: Los africanos y sus descendientes lucharon inclaudicablemente contra el colonialismo desde su captura y secuestro en África hasta su desembarco en territorio colombiano, que durante toda la colonia y a través del cimarronaje construyeron sus propias sociedades, denominadas palenques, y que con su experiencia acumulada de lucha de más de tres siglos y medios, dieron el más grande aporte al triunfo de las guerras de independencia, al punto que el General Pablo Morillo, comandante general de las tropas de la “Reconquista Española” llegó a decir en carta a su majestad: “Esta es una guerra de negros contra blancos”, y consideró que en los ejércitos de Bolívar, “siete de cada diez soldados son de origen africano”; que durante estas guerras de independencia se destacaron oficiales afrodescendientes como: José Prudencio Padilla, Manuel Carlos Piar, Leonardo Infante, José María Córdoba, Antonio José de Sucre, Juan José Rondón, entre otros, amén de la ayuda dada por el pueblo haitiano a través de su presidente Alexandre Petión. Es lamentable que en la parte histórica de dicha exposición solo aparezca un africano en el papel de sirviente, cuando hoy se ha aclarado que en realidad ellos y sus descendientes no solo fueron eso, sino que también fueron traídos como mano de obra calificada a desempeñarse en muchos oficios y frentes de trabajo indispensables de la sociedad colonial. Nos resistimos a creer que los organizadores de la exposición no sepan que a los africanos y sus descendientes lucharon más de treinta años, más, después de la “independencia” para lograr su libertad, dado que la aplicación de la ley de abolición de la esclavitud fue nefasta, ya que los condenó a la marginalidad y a la miseria en los territorios más inhóspitos, pero que a pesar de todo, estas comunidades continuaron aportando a la construcción del país, sus regiones y localidades, en lo económico, lo sociológico, lo antropológico, lo político, y en todas las dimensiones humanas e históricas. Consideramos que es básico, pertinente y factible evidenciar todo estos hechos en una exposición de la naturaleza de la que estamos comentando, en aras de una verdadera visibilización y reconocimiento respetuoso de la afrocolombianidad como componente enriquecedor de la sociedad, de la construcción de identidad nacional, y de la construcción consciente y fundamentada de una cultura ciudadana de convivencia pacífica.
2. Aspecto Económico: Es importante recalcar que los africanos y sus descendientes durante la colonia fueron la fuerza productiva fundamental, al punto que el General Francisco de Paula Santander, estando encargado de la Presidencia de la Gran Colombia, en 1.823, ante el pedido de Bolívar de más y más soldados africanos reclutados en Antioquia, Chocó y Cauca, le respondiera que era imposible continuarle enviando soldados de estos emporios porque llevaría a la parálisis de las minas, haciendas y de toda la economía colonial. Por otra parte, en la República los africanos y sus descendientes recrearon formas productivas y socio laborales en la minería, agricultura, actividad pecuaria, pesca, caza, construcciones civiles, aprovechamiento forestal, labranza y tallado de la madera, entre otras, compatibles con el equilibrio ecosistémico, con lo que han contribuido a que Colombia cuente con algunos de los ecosistemas y de las biodiversidades más maravillosas del mundo. Pero también durante la República los afrodescendientes han continuado siendo la fuerza de trabajo fundamental en la minería del oro y el platino, se han desempeñado como obreros en la industria metalúrgica y metalmecánica, en las construcciones civiles, en la industria hotelera y turística, en la construcción de vías carreteables y férreas como el Metro de Medellín, en el desarrollo del transporte fluvial y marítimo, en las agroindustrias del banano y de la caña de azúcar, a todos los niveles de la docencia, etc. ¿Porque no se visibilizan todos estos hechos y realidades en exposiciones como esta?
3. Aspectos Sociológico y Antropológico: La herencia africana es evidente tanto en el mestizaje biológico, como en el cultural de todo Colombia, y en particular de regiones como Antioquia, donde siempre ha existido una alta población afrodescendiente, para ello basta observar la gastronomía, la música, las danzas, los bailes, el vestir, el léxico y las formas de hablar de muchos antioqueños, el tipo de familia amplia y extensa, el espíritu festivo, la alegría y la espontaneidad del común de las gentes, expresadas en festivales como La Feria de las Flores de Medellín, La Fiesta del Santo Cristo de Zaragoza y otras festividades patronales. Así mismo, los afrocolombianos y las afrocolombianas también se han destacado como líderes sindicales y del sector asociativo y solidario. Todo un repertorio para escoger, priorizar y mostrar.
4. Aspecto Político: Consideramos pertinente rescatar los aportes de afrodescendientes como Luís Antonio Robles, “El Negro Robles”, quien desde Antioquia contribuyo con mucho protagonismo al fortalecimiento del Radicalismo, a la construcción del Partido Liberal, y con ello, al fortalecimiento de la democracia colombiana, convirtiéndose en maestro de personajes emblemáticos de la antioqueñidad como Rafael Uribe Uribe y Fidel Cano, en materia política. Como Diego Luís Córdoba Pino, quien también contribuyó a la defensa y fortalecimiento del liberalismo, desde Antioquia, en la difícil época de “La Violencia”, y a la vez, defendió el desarrollo industrial de Antioquia frente a las pretensiones de los gobiernos del momento de implementar la apertura económica a favor de los países industrializados. Pero un aspecto especial a destacar en este tipo de exposición es la actitud dialogal y pacifista que adoptaron las comunidades afrocolombianas a partir de la segunda mitad del siglo XIX, cuando se produjo la ley de abolición de la esclavitud, con lo cual han aportado enormemente a la estabilidad democrática del país, no obstante el abandono en que las han tendido sometidas los diferentes gobiernos nacionales y regionales.
5. Aspectos Literarios, Arte, Música, Danzas y Bailes: En primer lugar hay que aclarar que la salsa es un género que nació en New York, entre los años de 1.960 y 1.970, que tiene como base el son cubano, enriquecido inicialmente con otros géneros y ritmos de la diáspora africana, como el merengue, el calipso, el rock, el jazz, el currulao, el mapalé, el joropo y el reggae, entre otros, pero que últimamente también se ha nutrido con otros géneros y ritmos del mundo. De tal manera que si bien a los/as afrocolombianos/as les gusta la salsa y la bailan muy bien, no es lo autóctono suyo, por tanto, no debe presentarse como lo representativo de la afrocolombianidad. Lo autóctono y representativo de la afrocolombianidad es: el currulao del pacífico, la jota chocoana, los alabaos y gualíes o cantos y danzas fúnebres, la cumbia, el vallenato y el mapalé de la Región Caribe, entre otros. Hoy también existen muchas agrupaciones de jóvenes afrodescendientes que fusionan y producen nuevos géneros musicales y dancísticos urbanos, los cuales abundan en ciudades como Medellín, Cali, Bogotá, Barranquilla, Cartagena y Quibdó. Existen también afrocolombianos y afrocolombianas dedicados/as a la pintura, la escultura y el teatro o artes escénicas, desde la perspectiva afro. Así mismo existe un número apreciable de escritores y escritoras afrocolombianos/as que están esperando ser visibilizados/as.
Es decir que, si se tienen en cuenta todos los aspectos relacionados, el espacio de todos los museos de Colombia sería insuficiente para exhibir lo que son las culturas afrocolombianas y sus aportes a la construcción de Colombia, sus regiones y localidades. Lo cual hace más evidente la falta de imaginación y de creatividad de los organizadores de la exposición en cuestión. Ojalá se superen estas deficiencias antes que la exposición continúe su itinerario por el país y el exterior, como está anunciado.
Se hace urgente que gobernantes y funcionarios públicos colombianos superen el craso error de darle un tratamiento marginal y periférico a las temáticas y problemáticas indígenas y afrocolombianas, incluyéndolas bajo los confusos conceptos de “poblaciones” o ‘’diversidades’’, donde también incluyen la población LGBT, trabajadoras sexuales, personas en situación de discapacidad, entre otros grupos sociales. Las comunidades afrodescendientes como etnia con más de 500 años de presencia en estos territorios, conforma uno de los componentes básicos de la historia e identidad colombiana, y como comunidad históricamente oprimida, su reparación ha quedado aplazada desde la colonia, por lo cual tienen que estar siempre en primer plano, y ser objeto de los primeros actos de justicia social dentro de eventuales cambios estructurales que se produzcan en nuestro país.
Realmente que, con la magnitud de los recursos financieros que se destinan para una exposición como esta, se espera algo mejor. Consideramos que a los/as administradores/as del Museo de Antioquia les faltó consultar con las organizaciones sociales afrocolombianas presentes en Medellín y en Antioquia, las cuales vienen elaborando estudios, haciendo publicaciones, realizando actividades académicas, culturales y artísticas muy conocidas, compartidas y disfrutadas por la antioqueñidad, en aras de garantizar una exposición fundamentada, sustanciosa, de resultados impactantes, y de aprovechar adecuadamente los recursos disponibles. Vemos aquí una actitud subestimadora y discriminatoria hacia nuestras organizaciones, sus líderes y lideresas, lo cual ha sido un comportamiento cotidiano de los funcionarios públicos y empresarios/as antioqueños/as, como manifestación de la resistencia de los viejos paradigmas eurocéntricos de origen colonial, a cederle el paso a las corrientes renovadoras y libertarias que ha traído el actual momento histórico.
Finalmente les reiteramos que el único ánimo de esta carta es que el Museo de Antioquia y todos los colombianos y las colombianas asumamos una actitud positiva frente a nuestra bella diversidad, en su apreciación, tratamiento y forma de promoverla, rescatando la valoración de la diferencia como estrategia para el cumplimiento de los correspondientes mandatos constitucionales y legales, y en aras de construir una verdadera cultura ciudadana de convivencia pacífica, una ciudad sin racismo ni discriminaciones.
Respetuosamente,
Organizaciones afrocolombianas que se unen a este pronunciamiento:
- CENTRO DE ESTUDIOS E INVESTIGACIONES SOCIALES AFROCOLOMBIANAS, CEISAFROCOL
- ASOCIACIÓN DE ORGANIZACIONES DE AFRODESCENDIENTES DE MEDELLÍN
- ORGANIZACIÓN DE DESARROLLO SOCIAL Y CULTURAL CARABANTU
- CORPORACIÓN AFROCOLOMBIANA MALCOLM X
- TOKUMBOS DE LIBERACIÓN
- ASOCIACIÓN DE FORMACIÓN E INVESTIGACIÓN DE DIVERSIDAD ETNOCULTURAL-“ASFIDEC”
- ORGANIZACIÓN DE ARTISTAS AFROCOLOMBIANOS ‘’NUEVA GENERACIÓN’’
- LOS PALENKES
- CORPORACIÓN PARA LOS RECURSOS NATURALES Y LA CULTURA AFROCOLOMBIANA EL QUINTO ELEMENTO
- FEDERACIÓN AFROCOLOMBIANA DE ASOCIACIONES Y CONSEJOS COMUNITARIOS DE ANTIOQUIA
- AGENCIA AFROCOLOMBIANA DE COMUNICACIONES A.C.N
- CORPORACIÓN AFROANTIOQUEÑA DE VIVIENDA Y DESARROLLO
- ORGANIZACIÓN DE COMUNIDADES NEGRAS SANTA CRUZ LA ROSA SACLAR
- CORPORACIÓN CULTURAL LA AMISTAD
- CORPORACIÓN AFROPROGRESO DIEGO LUIS CORDOBA
- FUNDACIÓN POR LA CULTURA ‘’JUAN GUILLERMO RÚA’’
- ASOCIACIÓN PARA EL MEJORAMIENTO DE LOS AFROCOLOMBIANOS
Nota: En caso de alguna respuesta, pueden enviar la correspondencia a la Casa de Integración Afrocolombiana. Carrera 50 D N° 62 – 95, Tel: 571 – 10 16.
CC.: Ministerio de Cultura, Facultad de Ciencias Humanas y Económicas UNAL – Medellín, Casa de Integración Afrocolombiana.
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