miércoles, 6 de octubre de 2010

POR AMAR LA PAZ Y LA JUSTICIA, PIEDAD CÓRDOBA FUE DESTITUIDA E INHABILITADA

Fuente: http://www.avn.info.ve/node/21496

Por amar la paz y la justicia, Piedad Córdoba fue destituida e inhabilitada
Caracas, 05 Oct. AVN (Hernán Mena).- Quien en Colombia hable de paz y de justicia como lo hace Piedad Córdoba, corre el riesgo de ser perseguido, encarcelado o asesinado por sicarios de un Estado con instituciones infiltradas por paramilitares y narcotraficantes apoyado por una oligarquía corrupta y ambiciosa y medios mercenarios que ha sumido al país en la más sangrienta y prolongada guerra de la historia latinoamericana y caribeña.

No se atrevieron a asesinarla como lo han hecho con miles de sus políticos, luchadores sociales, sindicalistas, indígenas, estudiantes, campesinos y guerrilleros, no porque no sea ese su deseo, sino por temor a que su muerte desate una espiral de ira similar o más terrible que el Bogotazo que incendió la capital cuando en 1948 asesinaron a Gaitán, respondida con la represión brutal que abrió las puertas a rebelión popular de la que surgió las FARC-EP

La destituyeron porque amenazaba derribar el andamiaje belicista erigido en el país, con su llamado al diálogo y su misión humanitaria que la llevó a lo más profundo de la selva colombiana para devolver la libertad a prisioneros de las FARC-EP, que en un gesto unilateral de buena voluntad, decidieron liberarlos pensando ingenuamente que Uribe respondería a su llamado pacificador con un intercambio de presos y una eventual paz.

La inhabilitaron por ese miedo rayano en pánico que invade a quienes entregaron la dignidad y soberanía del país a su amo, de que su deslumbrante imagen de mensajera de la paz que devolvió la esperanza a un pueblo sojuzgado en moderna esclavitud la lleve en algún momento a alcanzar la presidencia de Colombia, elegida por los millones que la admiran por defenderlos contra a esa horda de criminales ocultos detrás de la fachada de falsa democracia.

Falsa, como lo denuncia Pascual Serrano al comentar el libro del escritor colombiano Hernando Calvo Ospina, Colombia, laboratorio de embrujos. Democracia y Terrorismo de Estado (2008) denunciando que “Se trata de “una democracia en la que se han asesinado cuatro candidatos presidenciales, en la que se han masacrado a tres mil dirigentes de una opción política que intentaba reinsertar en la vida política a la guerrilla, la Unión Patriótica…”

“Un gobierno que paga 2,6 millones de dólares al que le asesine y traiga las manos cortadas por los perseguidos por la policía. Donde paramilitares coordinados por las Fuerzas Armadas (cuando no integrantes de ellas) han asesinado a 3.500 personas desde 1982, mientras controlan la mitad de los diputados, gran parte del sistema judicial y del poder municipal. Un país con cuatro millones de desplazados despojados de sus tierras y pertenencias y con más de diez mil desaparecidos.”

“Con una prensa escrita que se limita a un solo periódico de ámbito nacional, propiedad del hermano del ministro de Defensa y primo del vicepresidente…Otra de las razones por las que era necesario y urgente un libro cobre Colombia es porque la información de los medios de comunicación sobre este país, ha demostrado, una vez más, cómo leer el periódico o ver la televisión es el mejor modo para no enterarse de lo que sucede en una parte del mundo, en un conflicto,, es la forma de no comprender el mundo.”

“Mentiras constantes y burdas es lo que nos traen los medios sobre Colombia, como presentar a mil guerrilleros que decían habían desertado y se rendían entregando una avioneta, y resultó que eran mil presos comunes que el gobierno les había dado un uniforme de guerrillero para exponerlos ante las cámaras como desertores y la avioneta era una decomisada a unos narcos hacía dos años, o adjudicar a la guerrilla el asesinato de campesinos e indígenas muertos a manos de militares.”

“Un libro que saca a la luz las verdades que silencia, porque nadie cuenta , por ejemplo, que este año (2008) van doce sindicalistas asesinados en Colombia, con lo cual son ya 2.574 sindicalistas muertos.” Y finaliza su reseña Serrano manifestando que “cada vez estoy mas convencido de que para conocer lo que sucede en un lugar del mundo, debemos dejar de ver periódicos y ver la televisión y coger un libro adecuado. Pues aquí está para el caso de Colombia, “Colombia, laboratorio de embrujos. Democracia y terrorismo de Estado.”

Y en medio de ese caos humanitario que vive el país neogranadino, sumergido en abismos de violencia, muerte y destrucción, donde, como dice la letra de una vieja canción mexicana, “la vida no vale nada”, se hizo presente Piedad Córdoba, para devolverle y darle significado al valor de la vida y abrir las puertas a ese mundo de paz y de justicia que le ha sido negado a su pueblo por una minoría cegada por la ambición y la codicia.

En un constante peregrinar por los diversos escenarios buscando solución a los graves problemas de Colombia, recorrió los barrios marginales donde reina la miseria, el hambre y la pobreza; oscuros calabozos donde se hallan encerrados luchadores sociales como ella; palacios presidenciales, sedes de organismos internacionales y de organizaciones defensoras de DD HH y los intrincables vericuetos de la selva colombiana, siempre en pos de justicia , paz y libertad para su pueblo.

Su abnegada labor social que además se refleja en un amplio y reconocido respaldo a las clases desposeídas, a la igualdad de la mujer y a su lucha contra el racismo, ha sido objeto de numerosas distinciones como el Premio Internacional Paz y Reconciliación 2009, concedido por un grupo de agrupaciones que estuvieron involucradas en los conflictos armados de América Central en años recientes.

Sus credenciales hicieron que Armando Pérez Esquivel la propusiera para el Premio Nobel de la Paz 2009 y, aún cuando su nombre figuró entre los favoritos, el galardón le fue concedido a un hombre que es la antítesis de la paz, a Barack Obama, el Premio Nobel de la Paz que hace la guerra, cuyas tropas asesinan a miles de hombres, niños, ancianos y mujeres en Afganistán, donde sus soldados también mueren por millares tras haberlo invadido, olvidando que es “el cementerio de todos los imperios.”

A lo largo de su carrera dedicada a la paz ha afrontado amenazas y de peligros, incluyendo el de la muerte, como cuando en 1998 fue secuestrada por las Autodefensas Unidas de Colombia, los paramilitares creados por la oligarquía, entrenados y armados por el ejército colombiano que los trasladó y guió a villas campesinas e indígenas para asesinar con machetes y desmembrar con motosierras a centenares hombres, niños, mujeres y ancianos.

También ha recibido los insultos y ofensas que le lanzan los enemigos de la paz llamándola apátrida, traidora, guerrillera, bandolera y otros miles de epítetos vulgares y oeces, pero, dotada de espíritu justiciero que le infunde valor para seguir luchando, se ha erguido serena para decirle a su pueblo, como el Hidalgo Caballero Don Quijote de la Mancha: “Ladran Sancho, señal de que avanzamos.”

En su constante en búsqueda de nuevos horizontes de paz, desarrolló un proyecto magistral que culminó con la creación de ese monumento a la vida y a la libertad que fue el acuerdo humanitario apoyado por la decisión unilateral de las FARC-EP de conceder la libertad a varios de sus prisioneros, y que Uribe presionado por la opinión pública se vio obligado a aceptar, no sin antes solicitar la colaboración del presidente venezolano Hugo Chávez Frías.

El convenio llevó a la liberación inicial de varios prisioneros hasta que Uribe se dio cuenta de que amenazaba el proyecto belicista que le fijó Washington, y tomando como pretexto una intrascendente conversación de Chávez con uno de sus militares, suspendió la gestión facilitadora de su homólogo venezolano, y a pesar de nuevas liberaciones con la mediación de la senadora, se suspendido definitivamente para dar paso a la modalidad sangrienta del rescate a sangre y fuego de otros prisioneros.

No obstante, Piedad prosiguió con su obra libertaria a través del Movimiento Colombianos por la Paz, pero esa ley no escrita que dice que quien se atreva a hablar de paz y de justicia en Colombia es perseguido, encarcelado o asesinado, hizo que en una acción deleznable, cobarde y vengativa, la incansable luchadora cayera en una trampa montada este lunes por Alejandro Ordóñez Maldonado, un peón de Uribe, quien, acusándola de nexos con las FARC-EP, la destituyó del cargo de senadora y la inhabilitó por dieciocho años.

El procurador sacó la acusación de la “olla podrida” donde Uribe, tras haber violado la integridad territorial de Ecuador para cometer el genocidio, cocinó el fantasioso cuento de la computadora de Raúl Reyes, escrito para ingenuos, burdo y ridículo plagio del Realismo mágico de García Márquez, que se usa con frecuencia para dañar la imagen de líderes progresistas de la región, como Chávez y Correa y que hoy se utiliza contra la senadora, pero, como siempre ha ocurrido, terminará fracasando.

“Este es el precio que debo pagar por la paz”, respondió Piedad, en un gesto de valentía y de rechazo contra la absurda medida, la cual ha sido objeto de la unánime y categórica condena por parte de la inmensa mayoría de los colombianos y destacadas figuras internacionales entre ellas el presidente venezolano Hugo Chávez Frías y el eurodiputado Willy Meyer, coordinador internacional de Izquierda Unidad y de otros líderes del resto del mundo.

“Creo, -dijo Chávez- que es una infamia, además, porque esa mujer ha arriesgado su vida, he visto sus lágrimas, con familiares, su angustia por Colombia, una latinoamericana integral, una mujer valiente, un ser humano.”

Por su parte, Meyer manifestó que la sanción contra Córdoba por su presunta colaboración con la guerrilla de las FARC-EP ” es una provocación inadmisible y antidemocrática. Un ataque directo a la posibilidad de una salida negociada al conflicto de Colombia. Reclamamos el sobreseimiento inmediato de estas medidas contra la senadora Córdoba para que pueda seguir ejerciendo su mandato y pueda seguir trabajando por una búsqueda de la solución política al conflicto de Colombia.”

Ahora, sólo queda esperar el desarrollo del juicio que se le seguirá a la senadora por parte de un Estado que no atiende a la voz de la justicia, dispuesto a condenarla, por haber cometido el delito de hablar de paz , y en Colombia, donde quien lo hace, corre el riesgo de ser encarcelado o morir bajo las balas de un sicario, o, en el mejor de los casos, destituida e inhabilitada, como le ha ocurrido a esa insigne y valiente mujer llamada Piedad Córdoba.

Sin embargo, Piedad no está sola. La acompaña para defenderla, todo un pueblo, ese pueblo al que ella se ha entregado en cuerpo y alma para rescatarlo del hambre, la miseria, la pobreza y de la guerra en la que vive inmerso desde hace más de medio siglo, sojuzgado por un Estado y una oligarquía cómplices del Imperio, apoyados por paramilitares, narcotraficantes y otros vendepatria, que más temprano que tarde serán echados al basurero de la historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario