Fuente: http://www.elmundo.es/america/2010/10/01/colombia/1285955008.html
-Es la primera vez que habla con un medio tras la sentencia de inhabilitación
-Estoy muy feliz porque tendré más tiempo para trabajar por la paz
-Decir que soy del frente 30 de las FARC es ridículo, no existen pruebas
-El procurador no me quiere por negra, por mujer y por disidente
-No tengo contactos con la guerrilla desde la liberación de Moncayo
EL MUNDO - España
6 de octubre de 2010
Francisco Arguello
Piedad Córdoba recibe a ELMUNDO.es en su apartamento de la calle 26, en el centro de Bogotá. En el piso 13, la senadora colombiana descansa sobre un enorme sofá, está rodeada de 10 abogados que no la dejan sola después de que la Procuraduría General de La Nación lainhabilitara 18 años para ejercer cargos públicos por sus presuntos vínculos con las FARC.
La vivienda es iluminada, cuadros de colores fuertes, casi todos alusivos a negros, y un balcón que permite una mirada hacia los edificios más altos de la capital. Desde allí habla con la prensa, escribe mil mensajes por segundo en la red social Twitter y tiene tiempo para bailar salsa.
Es folclórica y parece no importarle salir del Senado. Si volviera a tener una boina y un uniforme guerrillero lo volvería a colocar sobre su robusto cuerpo, confiesa.
Pregunta.- ¿Qué pasa con usted tras el fallo de la Procuraduría que la aparta del Congreso argumentando nexos con las FARC?
Respuesta.- Estoy muy feliz porque con mi salida del Congreso tendré más tiempo para trabajar por la paz. Soy muy consciente de que voy a estar un tiempo fuera y me va a permitir hacer cosas más consolidadas. Antes no me quedaba tiempo para nada. Este fallo ha ratificado el cariño y afecto de mucha gente. Soy de las pocas que salgo del Congreso y no tengo que ponerme a pensar ¿qué voy a hacer?
P.- ¿Cómo desvirtuar los correos en el computador de 'Raúl Reyes'(guerrillero abatido), donde aparece su nombre haciendo sugerencias a las FARC?
R.- No es de desvirtuar. Hay algo absolutamente claro y es el ánimo del procurador Alejandro Ordóñez de aplicarme una resolución de Naciones Unidas contra el terrorismo que le fue aplicada a Afganistán. Además, le pide al presidente de la Corte Suprema que me investigue por delitos de lesa humanidad y pone a calentar la posibilidad de reavivar un conflicto con Venezuela y Ecuador. Tengo claro que no existe ninguna prueba, ¿cómo va a decir que soy del frente 30 de las FARC? Eso es ridículo. Él podía ser funcionario del Franquismo. Incluso es un hombre que desmanteló la oficina de Derechos Humanos de la Procuraduría para montar una capilla donde exige a sus funcionarios ir a misa en la mañana y en la tarde, rezar el rosario tres veces al día y hacer la novena del Niño Dios en diciembre, si no los echa.
P.- La prensa francesa mantiene que existen unos correos electrónicos donde usted ordena a las FARC que no liberen a Ingrid Betancourt. ¿Eso es cierto?
R.- Eso es bobo. Ingrid Betancourt se convirtió en 'la Juana de Arco de la Selva'. Todo el mundo quería entregar a Ingrid porque se volvía presidenciable y candidato al Nobel de la Paz. ¿Para qué iba a dar yo esa orden?, ¿qué ganaba yo? ¿Cuál cree que sería mi credibilidad con las FARC si les pidiera que dejaran más tiempo en la selva a Ingrid? La guerrilla tiene ética, códigos. Por cierto, no tengo contactos con la guerrilla desde la liberación de Pablo Emilio Moncayo.
P.- ¿El fallo en su contra no es una cuenta de cobro que le pasa Álvaro Uribe, ex presidente de Colombia a quien usted le hizo una dura oposición?
R.- Más que una cuenta de cobro, es que él hace parte de la junta directiva de un establecimiento nefasto que debe preocuparle mucho al país porque les importa sólo su riqueza. Las instituciones, las leyes, las colocan a sus servicios a las buenas o a las malas. Y Álvaro Uribe a mí me persigue desde hace mucho rato porque me levanté en contra de su política de exterminio a favor del paramilitarismo.
P.- Hugo Chávez, presidente de Venezuela, es su amigo y aliado, ¿ya la llamó?
R.- Me han llamado muchos presidentes. Fidel Castro me llamó ayer. Lo mismo que Cristina Fernández, entre otros.
P.- Si la Procuraduría confirma la sentencia y usted dejara de ser la presidenta de la Comisión de Paz del Senado, ¿podrá entrar en Washington a dialogar con los senadores de allí con quien usted sostiene una estrecha relación?
R.- Yo creo que sí, porque ahora me llamó Bill Richardson, sus asesores. Es que a mí no me conocen por ser presidenta de la Comisión de Paz, es por ser luchadora de los derechos humanos hace muchos años. Además, todavía soy senadora, presidenta de la Comisión de Paz porque la decisión del Procurador no está en firme.
P.- ¿Se arrepiente de lo hecho, de la forma en la se dirigió al Gobierno y su cercanía con las FARC?
R.- No. ¿Cómo me voy a arrepentir de pensar diferente, de trabajar por la paz, de señalarle al país una serie de despeñaderos peores por el que vamos? El Procurador no me quiere por negra, mujer, feminista, disidente. A las mujeres les dijo que si abortan las mandaba a la Corte Penal Internacional, porque cometen delitos de lesa humanidad. Me dijeron que en la plazoleta de la Procuraduría piensa quemar libros de Marx, Lenin, Mao, que Nelson Mandela era una amenaza y que había que quemarlo. Acá se está enloqueciendo todo el mundo.
P.- ¿Se pasó en sus comentarios a favor de las FARC?
R.- No me parece, o ¿es que las FARC son extraterrestres?, ¿viven en Marte? Pues no, viven en Colombia y son una realidad. Revise los periódicos todos los días y observe que todos los titulares en las primeras páginas son de la guerrilla. Mucha gente elige ir a cócteles, tomarse fotos en revistas. Yo preferí una lucha popular y política.
P.- ¿Fue necesario colocarse una boina, uniformes de la guerrilla y tomarse fotos con Iván Márquez y Rodrigo Granda, ambos del secretariado de las FARC?
R.- Lo volvería a repetir, además de que es lo más caro. Nosotros estábamos muy contentos porque pensábamos que Álvaro Uribe decía la verdad y que íbamos a hacer un proceso de paz donde fuera, en un helicóptero, una casa en el aire, en fin... No podía llegarles a las FARC con un garrote, tenía que tener disposición de hablar. Que se queden en la boina, pero me siento satisfecha. Le confieso algo: A mí hace muchos años un hombre no me daba un ramo de flores y me lo dieron unos guerrilleros. ¿Qué hago, pues? Me sentí feliz.
P.- ¿Por qué insisten en llamarla Teodora de Bolívar?
R.- No sé, seguramente porque me adora Simón Bolívar.
P.- ¿Qué va a pasar con su vida?
R.- Yo ni sé (ríe)... Como dice el poema, la cambio, la vendo, de todas maneras la llevo perdida. Saldré del país por poco tiempo para cumplir con compromisos del trabajo humanitario. Qué pesar que les dé la mala noticia, pero no me pienso exiliar. No puedo ser mediadora de paz sin tener a la otra parte (el Gobierno) de acuerdo.
P.- Y ¿las medidas de seguridad?
R.- Me las tienen que mantener, tengo medidas cautelares especiales dictadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sea o no senadora
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