Por: Beatriz Aiffil
1. Somos la negrada
Esa que en tiempos de la colonia se alzó contra la esclavitud.
Somos la negrada
Esa que desde la Primera, montó su caballo para luchar por la independencia. No teníamos bien claro qué era eso pero se parecía a la libertad.
Queríamos ser libres del amo.
Fuera criollo. O fuese español, blanco de orilla o peninsular.
Simplemente queríamos libertad.
Los criollos estaban descontentos porque no les permitían ser regidores de estas tierras donde vivían y padecían. En realidad todos padecíamos en esos tiempos. En casa de los blancos la cosa no era tan fácil, pero nosotros, y con ello me refiero a los negros, indios y pardos, padecíamos más y vivíamos menos.
Le llamaron independencia, le llamaron libertad.
Queríamos romper las cadenas.
Somos la negrada, la gente de los cumbes, de los quilombos y las rochelas.
La Junta Conservadora de los Derechos del Rey Miguel y la Reina Giomar.
Los dignos herederos de José Leonardo Chirino, de Juana Ramírez-La Avanzadora, del Zambo Andresote, de Manuel Piar y Pedro Camejo.
También de Hipólita y Matea, porque no todos somos cimarrones…
Somos la negrada
Los mismos que en tiempos de la Federación nos levantamos contra el hambre en los montes y en el llano.
Somos la negrada
Los mismos que ahora en la Quinta enarbolamos la bandera del Poder Popular encima de la cabeza de las hordas “pensantes”.
Y queríamos sacudirnos del opresor.
Fuera gringo. O fuese pitiyanqui, oligarca o disociado que no es ni chicha ni lemon drinc.
Le llamaron independencia. Le llamaron soberanía y reside en el pueblo.
Somos la negrada, la gente de las misiones, de los medios comunitarios y los consejos comunales.
Los que salimos el 13 con las garras afiladas. O con la palabra, porque no todos somos cimarrones…
Nos asumimos pueblo y lo mejor de toda esta historia es que queremos todo el poder para el pueblo.
Todo.
Publicado en Correo del Orinoco, Caracas, 18 abril 2010
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