viernes, 18 de marzo de 2011

ACCIONES AFIRMATIVAS

Fuente: http://www.elespectador.com/impreso/columna-256901-acciones-afirmativas

Por: Claudia Mosquera Rosero-Labbé

LA IMAGEN APARECIÓ MUCHAS VEces en varios periódicos y estremece: el comandante Carlos Castaño lucía altivo delante de tropas conformadas por "gatilleros" negros e indígenas.

Con ellos en la base de la pirámide de mando, pensó refundar la patria. Los ideólogos de las guerrillas, paramilitares y bacrim cuentan con mujeres y hombres históricamente excluidos y desencantados del Estado Social de Derecho para conformar sus ejércitos. Quienes creen en la refundación de la nación por medio del multiculturalismo y reclaman ciudadanía, exigen que en el país se implementen innovadoras y masivas Acciones Afirmativas para personas y territorios de mayorías negras, pero es menester que la sociedad reconozca la existencia del racismo y el perjuicio que éste causa al tejido social para que funcionen; contrario a lo que algunos creen, no todos somos iguales.

Los beneficiarios de las mismas han generado, a veces, controversias como el pasado caso Martha Amor Olaya en Cartagena. Para unos, las Acciones Afirmativas deben ser otorgadas a las personas más racializadas, en este sentido se reconoce que los mulatos tienen mayores oportunidades, no así la gente fenotípicamente negra: “a uno lo discriminan por negro y no por afrocolombiano”, se escucha a menudo. Otros afirman que la pertenencia étnico-racial debe entrecruzarse con la clase social, el género, el lugar geográfico, el autorreconocimiento étnico o la opción sexual no hegemónica. En todos los casos las Acciones Afirmativas promueven la movilidad social ascendente de personas racializadas que tengan méritos, sean éstos académicos o profesionales, para que confronte el racismo-clasismo de las relaciones sociales.

En Colombia la implementación de estas medidas ha dejado enseñanzas. Es así como las universidades de excelencia académica que ofertan cupos especiales deben complementarlos con programas de apoyo académico y de bienestar estudiantil. No basta con admitir estudiantes negros, es necesario garantizar su permanencia y graduación. Las pocas instituciones públicas que emplean a profesionales negros altamente calificados incorporan principios multiculturales en la toma de decisiones públicas y gestionan los reclamos de las diversidades culturales con más acierto. Aún falta mucho en el reparto del poder político dentro de estas instituciones. Las empresas privadas no abordan con la seriedad requerida el tema. Las agencias de cooperación internacional no aplican con rigor medidas que defienden con énfasis en los foros trasnacionales, basta ver lo que ocurre en una ciudad como Quibdó, Buenaventura o Tumaco. Las organizaciones que conforman el Movimiento Social Afrocolombiano, cada vez se comprometen a presentar a sus mejores candidatos. Estamos, sin duda, en los inicios de una discusión esperanzadora para las mayorías negras y de un debate nacional sobre medidas de inclusión social para el logro de la igualdad real y efectiva.



*Directora Idcarán-Ces-UN.

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