Mayo 30, 2011
Hola!!!!! Quiero compartir con tod@s la siguiente reflexión que hice hace algunas semanas cuando dejé de fungir como Secretaria Técnica de la Comisión de África del Senado.
El día que de manera oficial me notificaron que había sido asignada a la Secretaría Técnica de una Comisión que atendería desde el Senado los asuntos para África, entré en pánico y eché a llorar de decepción por varias horas de aquel otoño-invierno de 2006, lo consideraba -erróneamente- como un castigo, y renegué hasta el hastió. Hice todo lo que estuvo a mi alcance para contrarrestar esa designación; sin embargo, no hubo mucho por hacer, y fue entonces cuando empecé con la experiencia laboral que ha marcado lo más profundo de mi vida personal, profesional, intelectual y sentimental.
En esos primeros días, cuando en mi mente pensada en la palabra "África", todo estaba lleno de los típicos prejuicios y estereotipos negativos hacia ese continente, en sí, considero que era presa del peligro de una historia única que nos han contado sobre África.
Recuerdo como si hubiera sido ayer, que mi plan era cumplir estrictamente con el trabajo que me era obligatorio, y nada más; de manera simultánea empecé poco a poco a adentrarme en lo que implicaba conocer la realidad africana. Los días transcurrieron, y se convirtieron en meses; entonces sin darme cuenta, y sin esperarlo, África empezó a entrar en mi vida de una manera inesperada y lo envolvió todo...
Al empezar a estudiar un poco algunos hechos que han acontecido en ese continente a lo largo de las últimas décadas, como las hambrunas, guerras civiles, genocidios, regímenes políticos, etc… me empecé a dar cuenta que había vivido en una burbuja que no me había dejado ver más allá del horizonte por muchos años, y fue entonces cuando mi conciencia colectiva me permitió darme cuenta que la majestuosidad que conlleva adentrarse a África me exigía que debía hacer más cosas por intentar compartir ese sentimiento con otras personas.
Fue así que desde la Comisión de Relaciones Exteriores, África por cuatro años y medio, y con el aval y apoyo del entonces Senador Salomón Jara, juntos empezamos desde el Senado un trabajo continuo de difusión que permitiera a la sociedad mexicana saber que África es mucho más de lo que vemos en las noticias, y sobre todo que es más que una simple historia única. Cuando conocemos la historia por la que ha atravesado África, entonces podemos comprender muchas de las cosas de lo que ocurren actualmente en los países africanos, ya que éstos han sido desde el Siglo XIX objeto de un colonialismo, y hoy de un neocolonialismo, que es el causante de la mayoría de las problemáticas que aquejan a los 54 países del rico y hermoso continente africano.
Con ese trabajo permanente llevado a cabo por la Comisión de África se logró insertar a ésta y sus problemáticas en la Agenda del Senado de la República, además de haber hecho visible lo que para muchos era invisible; lo cual representa para mi, una satisfacción enorme, y me quedo tranquila de haber cumplido conmigo misma, mi conciencia, con los africanos, con los mexicanos, con el Senado y con África.
Como todos lo saben, el entonces Senador Salomón Jara el 30 de noviembre del año pasado, solicitó licencia para dejar de manera indefinida sus funciones de Senador de la República, hecho por el cual, por un poco más de cuatro meses, la Comisión de África no tuvo un presidente. Sin embargo, a partir del 7 de abril (fecha que coincide con el aniversario luctuoso del genocidio en Ruanda) el pleno del Senado de la República determinó que a partir de esa fecha el Senador Julio César Aguirre Méndez ocuparía el cargo de Presidente de la Comisión de África.
El nuevo Presidente de la Comisión en uso de sus atribuciones legales, y por así convenir a su proyecto, tomó la determinación que alguien más será la persona idónea para ocupar el puesto de Secretaria Técnica de la Comisión de África; motivo por el cual, desde el 4 de mayo, he dejado de ostentar dicho cargo.
Lo anterior, de ninguna manera significa que mi interés por África desaparezca, por el contrario, éste se ha fortalecido y me ha abierto los ojos sobre nuevos horizontes a explorar en los que se puede trabajar en beneficio del continente africano. Por ello, seguiré trabajando en cuestiones africanas desde trincheras diferentes dentro del Senado de la República, hasta que la vida me lo permita, porque cuando uno se da la oportunidad de conocer África, ésta lo envuelve y entonces no tan sólo la vida la ves diferente, sino que además siempre intentas hacer algo para demostrar que África no es la historia única que nos quieren contar los medios de comunicación, los países de Occidente, o cualquier otro ente con algún interés particular.
En este contexto, y como parte de mi compromiso con África, el día de hoy me permito compartir con ustedes una reflexión que hizo en julio de 2009, la nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie, quien justamente aborda el tema del peligro de una historia única. De verdad es una excelente reflexión que nos hace pensar en que siempre debemos indagar más allá de lo que nos quieran hacer creer sobre un tema en particular. Obviamente no hay verdades absolutas, pero sí podemos intentar ver lo que no esté tan claro a nuestros ojos.
A partir de hoy, cualquier cuestión que tenga que ver con la Comisión de Relaciones Exteriores, África del Senado, la puedan abordar en el correo oficial de dicha instancia legislativa.
Pero cualquier otra circunstancia vinculada con África, con información que piensen que les puedo ayudar, con algún proyecto o actividad sobre el tema, por favor no duden en escribirme a esta misma dirección de gmail de la que les ecribo (que es propia), la cual, será parte del seguimiento que le daré a los temas vinculados con África, desde otra trinchera del Senado, a la cual me incorporaré en próximos días.
Finalmente, les puedo decir que la vida da lecciones importantes, de las cuales hay que aprender mucho; ya que el día que entré a la Comisión de África renegaba de todo lo que pudiese implicar trabajar en ese tema, y paradójicamente en la actualidad y desde hace algún tiempo, África se ha convertido en la pasión más grande que le da vitalidad a mis días y me ha permitido ser una persona más sensible a las cosas que suceden más allá de mi horizonte. A veces, de las cosas que más subestimamos es de las que más aprendemos.
Aprovecho esta oportunidad, para agradecerle a todas las personas que durante estos años me dieron la oportunidad de conocerlos, y juntos compartir nuestra pasión por África; muy especialmente a Salomón Jara, Patty, San, Carlos, Eduardo, Iván, Rebeca, Paulina, Monserrat, Verónica, Ilse, Víctor, Emmanuel, Claudia, Violeta, Daniel, Bolo, Dayvis, Alma Yesenia, Alexis, Cristóbal, Elizabeth, Alejandra, Andrea, Jamie, y Ángel, así como a todas las personas que, no podría terminar de mencionar y que durante estos años me dieron la oportunidad de conocerlas y juntos explorar lo fascinante que es África. Le doy las gracias también a todos los académicos que durante este tiempo apoyaron el proyecto de difundir África en este Senado de la República. Agradezco a la vida esta maravillosa lección que me ha dejado experiencias inigualables y que estarán en mi mente todos los días de mi vida.
Sin otro particular, quedo como siempre a sus órdenes.
El sueño africano continua....
Arcelia
Mtra. Arcelia Flores Castro
Secretaria Técnica de Carrera
del Senado de la República
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