martes, 21 de agosto de 2012

ESCLAVITUD Y TRATA DE PERSONAS EN REPÚBLICA DOMINICANA*


Por: Wanda Karina De Jesús Pozo, O.S.R.

*Articulo realizado para la revista Argentina Puerta Abierta 

Hola queridos y queridas amigas soy Wanda Karina De Jesús Pozo, religiosa Oblata del Santísimo Redentor que desde las cálidas tierras de la República Dominicana voy danzando un canto de vida y esperanza  junto a las mujeres en situación de prostitución, Trata de persona  y desnacionalización con matices de libertad, inclusión, igualdad y Redención.  

Hay dos conmemoraciones  en el calendario que están enlazadas por el dolor, el engaño,  la cosificación del ser humano, la explotación sexual, los   trabajos forzados y por la inhumana realidad de la privación de la libertad.  En La Primera fecha  el 23 de agosto, se celebra en todo el mundo el día Internacional del Recuerdo del Comercio de Esclavos y su Abolición, la segunda fecha, el 23 de septiembre, es día mundial contra la Trata de Personas.   

Consiente de que nos encontramos en un cambio de época o en una época de cambio en el que “son más importantes las preguntas que las respuestas”,  aprovecho este espacio para compartir un poco la realidad del Batey Bienvenido, el nuevo programa que estamos impulsando como comunidad Oblata en Dominicana, para a la luz de esta realidad construir  la reflexión de estas dos fechas.

En la República Dominicana  la palabra Batey es utilizada para nombrar las plantaciones de caña de azúcar habitadas por haitianos que  desde la década del 60 son  traídos al país de manera irregular para cortar la caña de azúcar por un salario mezquino, con derecho a un lugar para dormir, comida y tiempo de esparcimiento.  Hasta el siglo pasado el Batey  de Bienvenido formaba  parte de los 68 bateyes del Ingenio Central Rio Haina, contaba con una población pequeña, compuesta en su mayoría por campesinos  haitianos que eran traídos a Dominicana por los dueños de los  ingenios en su totalidad norteamericanos  que optaron por la mano de obra haitiana por su menor costo.

Las estadísticas resientes de la población del Batey Bienvenido, dictan que posee 17,000, habitantes de los cuales  el 60%  de esa población  es haitiana proveniente de Haití y dominico- haitianos desnacionalizados: nacidos en  R. D. pero que el gobierno se niega a reconocerlos como dominicanos, no poseen documentos y son apátrida, no pueden ir a la escuela, no poseen seguro medico y no pueden firmar ningún contrato de trabajo porque no tiene acta de nacimiento y cedula electoral. 

Actualmente el Batey Bienvenido  no tiene plantaciones de caña de azúcar  y sus recursos naturales se están agotando, lo que ha incidido en que  la mayor fuente de ingreso económico del Batey Bienvenido sea la PROSTITUCIÓN, ejercida por adolecentes y mujeres adultas. Toda la actividad económica  del Batey se realiza en torno a  las adolecentes y mujeres que son prostituidas, porque ellas demandan: ropas, cosméticos, comidas, tarjetas telefónicas para llamar a sus hijos, familiares y clientes,  servicios de peluquería,  y arreglos de uñas acrílicas.

Las mujeres, proceden de  San Cristóbal, San Juan de la Maguana, Puerto Plata, San Francisco de Macorís, Santiago, Elías Piña, Ingenio Quisqueya, Villa Mella  y Barahona. Son reclutadas por amigas y  hombres de sus mismos pueblos que sutilmente las invitan a Bienvenido. Muchas expresan que se les dijo que iban a un lugar habitado por norteamericanos en el que se les pagaría en dólares y otras fueron traídas al Batey con la promesa de que iban  a trabajar en una cafetería o como trabajadoras domesticas pero la realidad es distinta.

Contemplando  esta realidad y sin ser pesimista  me surge la  pregunta ¿Cómo celebrar lo aún no alcanzado? ¿Cómo celebrar el día de la abolición de la esclavitud cuando en estas tierras son prostituidas, esclavizadas, marginadas y desnacionalizadas cientos de niñas, adolecentes y  mujeres que son traídas al Batey, y otras tantas son sacadas de Dominicana y llevadas a  España, Holanda, Argentina, Chile y a otras  islas del Caribe   a prostituirse? 

En la República Dominicana la Vida Religiosa en acción conjunta con otras ONG necesita más apoyo de los  organismos internacionales para seguir sensibilizando  a los sectores vulnerables sobre la Trata de Personas,  porque las leyes están, pero la complicidad de los funcionarios públicos en el  negocio   de la Tata de Persona imposibilita la aplicación de las misma, lo que agudiza el auge de la prostitución femenina y  la idealización en el imaginario colectivo  de las mujeres dominicanas  que salen de la isla  y regresan con riquezas, sin importar que han hecho y hacen,  para enviar  dinero y  regresar a sus lugares de origen   comprar una casa, una “yipeta” (vehículos cerrado 4X2 y 4X4)  poner un colmado o un salón de belleza. 

Tratando de encausar todas las preguntas que siguen  fluyendo en mi cuando pienso en Esclavitud y Trata de Persona, con incertidumbre me asomo a la conclusión de este articulo  porque no “Se          Trata”  de responder las  preguntas, sino de sucintar una  reflexión desde las entrañas de estas tierras caribeñas que desde el siglo XVI, periodo en el que se agudizo la exportación,  importación  y cosificación de los hombres y mujeres africanos que fueron traídos a América en condiciones de esclavos, ha albergado la ilusión, desilusión, el dolor, la alegría y la esperanza  de sus hijas e hijos que siguen siendo captados  con fines de explotación sexual y  trabajo forzado.


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