miércoles, 29 de agosto de 2012

YANGA: 400 AÑOS DE INDEPENDENCIA. MÉXICO.




-A cuatro siglos de haberse erigido como el primer pueblo libre de América, el presidente Felipe Calderón participará hoy en los festejos del municipio fundado el 3 de octubre de 1631 en Veracruz.
 
 
Los negros en Yanga son sólo fantasmas. En esta histórica localidad, ubicada a 150 kilómetros del Puerto de Veracruz, ya no hay huella de los esclavos traídos de África a la Nueva España que se levantaron contra el yugo español, el 6 de enero de 1609, para fundar el primer pueblo libre de América, dos siglos antes de que Miguel Hidalgo iniciara el movimiento de Independencia.
Yanga no es sólo la gran omisión de la historia oficial, es también el reflejo de la discriminación racial, pues con el paso de los años los mexicanos de “piel canela” han sido desplazados a otras comunidades marginadas.

Sin afromestizos, el presidente Felipe Calderón —cuya presencia ha sido confirmada por las autoridades locales— conmemorará hoy los 400 años de Yanga como el primer pueblo libre en América.

La historia relata que fue Gaspar Yanga, el príncipe africano de la tribu Yang-Bara, traído como esclavo de Costa de Marfil o Ghana, quien encabezó la primera sublevación durante la Colonia, convirtiéndose en una amenaza para la estabilidad de la Nueva España, por lo que el virrey don Rodrigo Osorio, Marqués de Cerralvo, determinó que era mejor otorgarles la independencia el 3 de octubre de 1631.

Para celebrar este acontecimiento se remozó el parque donde se encuentra el monumento del Negro Yanga, la única referencia a la negritud en esta comunidad —con una inversión de casi 2 millones de pesos—; pero más que eso, lo importante es que las autoridades reconozcan que este pueblo que fue capaz de liberarse de la esclavitud para fundar San Lorenzo de los Negros y escribir así una de las primeras derrotas del sistema colonial español y esclavista en la Nueva España.

El festejo de la fundación de Yanga es una buena excusa para hablar de la tercera raíz en México y los antecedentes africanos en el país —si se considera que al final de la colonia 10 por ciento de la población era afromestiza—, dice Sagrario Cruz Carretero, doctora en historia y discípula del antropólogo veracruzano Gonzalo Aguirre Beltrán.

Coincide con esa afirmación la doctora en antropología María Elisa Velázquez, coordinadora del Seminario Poblaciones y Culturas de Origen Africano en México de la Dirección de Etnología y Antropología del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quien indica que la conmemoración en Yanga contribuirá al conocimiento de las culturas africanas.

“Yanga fue el primer pueblo de negros libre en América, lo cual es muy poco conocido en el mundo y debe ser motivo de orgullo para nosotros”, asegura Velázquez.

No obstante, para la etnóloga Luz María Martínez Montiel, la autora del término “tercera raíz”, los festejos de los 400 años de vida independiente en ese lugar, “es una oportunidad política para darle imagen al presidente Calderón. Arbitrariamente han puesto esa fecha con el concepto de Independencia a Yanga”.

La conmemoración se da en un momento en que se ignora la trascendencia cultural e histórica de los afromestizos, aun cuando hay una historia escrita que desgraciadamente no se difunde ni se enseña en las escuelas.

“Hace falta una historia oficial científica, con apego a la verdad que contenga no sólo la historia de la tercera raíz, sino toda la historia de la esclavitud que en sus formas modernas sigue practicándose. Una historia oficial que se integre a los libros de texto gratuitos, a los planes de estudio de las secundarias, preparatorias y universidades para que se enseñe nuestra historia completa, donde estén nuestros antepasados africanos”.

Martínez Montiel asegura que el Programa Universitario México Nación Multicultural, el Proyecto la Tercera Raíz, que ella coordina con el apoyo del INAH, trabaja para que la reforma educativa incluya los temas alusivos a la tercera raíz en la enseñanza obligatoria y gratuita.

La tercera raíz

La historia de los africanos en México se comenzó a escribir en los años 50 con la vasta obra de Gonzalo Aguirre Beltrán titulada La población negra en México. En su estudio, basado en fuentes históricas y etnográficas, el antropólogo hizo hincapié en la importancia de los africanos en la historia de México; investigó sobre sus orígenes culturales, las características del comercio de esclavos y su presencia en prácticamente todo el territorio novohispano.

La doctora María Elisa Velázquez, coordinadora del Seminario Poblaciones y Culturas de Origen Africano en México del INAH, precisa que después de Aguirre Beltrán, en 1990 Bonfil Batalla puso en marcha el programa Nuestra Tercera Raíz en la entonces Dirección de Culturas Populares coordinado por la doctora Luz María Martínez Montiel.

Desde hace 10 años el área a su cargo, organiza el Seminario Académico Poblaciones y Culturas de Origen Africano en México que reúne a investigadores de casi todas las instituciones en el país y del extranjero interesados en el tema.
La también colaboradora del Proyecto Internacional Afrodesc, explica que aunque se han hecho grandes aportes a la historia de los africanos en México, todavía falta mucho por hacer. Existen varios archivos que esperan ser estudiados y varias etnografías que registren las manifestaciones culturales de pueblos de afrodescendientes, no sólo en las regiones ya trabajadas de la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca o en Veracruz, sino también en otros estados del país.

Es necesario incorporar esta historia en los libros de texto, en los museos, en los programas de televisión y radio, sin los clásicos estereotipos y prejuicios, sólo así se dará a conocer la importancia y participación de este grupo en la formación de la sociedad mexicana.

Al hacer un recuento histórico, la investigadora indica que los africanos arribaron como esclavos a México en épocas muy tempranas, fundamentalmente entre los años de 1580 y 1650. Después se realizó un importante intercambio físico y cultural con indígenas y españoles, que desembocó en un intenso mestizaje.

Aunque existían prejuicios y discriminación en la época virreinal en México, no existió el racismo como lo conocemos hoy en día, éste se desarrolló en Europa y América a partir del siglo XVIII bajo las nuevas ideas que trataban de “justificar” el comercio brutal de hombres, mujeres y niños en plena época del desarrollo de los valores de la justicia, la libertad y la fraternidad entre ciudadanos y pueblos.

De ahí que su argumentación sea que existe un racismo histórico y negado por la mayoría de los mexicanos, que de alguna manera ha impedido que se conozca de manera más amplia la historia de los miles de africanos y sus descendientes en México.

Rasgos culturales africanos

La presencia negra en México data desde la llegada de Hernán Cortés, quien trajo consigo esclavos y soldados africanos que combatieron en el proceso de Conquista.

La historiadora veracruzana Sagrario Cruz Carretero, quien montó en Estados Unidos la exposición The African Presence in Mexico. From Yanga to the Present, refiere que algunos autores argumentan que la presencia africana se remonta a la época prehispánica, basándose en el récord arqueológico de los rasgos negroides, además de evidencias como los testimonios de viajeros, los mapas marítimos y los vestigios botánicos.

Afirma que, por racismo, la población de origen africano ha sido borrada de la historia, ignorando con ello su gran aporte cultural.

“Aquí podría citar una larga lista de rasgos culturales que van desde nombres de pueblos y ciudades como Mocambo y Mandinga, entre 40 pueblos más, tan sólo en Veracruz; más rasgos de origen africano se advierten en la gastronomía, el lenguaje, la música, el baile, procesos mágico-religiosos, la medicina tradicional y en apellidos como Pardo, Prieto, Crespo y Moreno, entre otros.
Para la investigadora es interesante analizar el significado de la palabra “denigrar”, que significa “convertirse en negro”, de ahí el rechazo a ser de piel oscura, con lo que el mismo lenguaje refleja lo que es la cultura de la discriminación.

De acuerdo con su investigación, aspectos como el zapateo y el cantar de los jarochos se los debemos a los esclavos, pues como estaba prohibido tocar tambores, ellos recurrieron a esos singulares medios.
México / Leticia Sánchez


1 comentario:

  1. Wednesday, August 29, 2012
    YANGA: 400 YEARS OF INDEPENDENCE. MEXICO.

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