jueves, 8 de marzo de 2012

RACISMO, DISCRIMINACIÓN Y EXCLUSIÓN EN LA UNIVERSIDAD DEL VALLE

COMUNICADO A LA OPINIÓN PÚBLICA NACIONAL E INTERNACIONAL.

“Mi apellido: ofendido; mi nombre humillado; mi estado civil: la rebeldía…” Aimé Cessaire.

RACISMO, DISCRIMINACIÓN Y EXCLUSIÓN EN LA UNIVERSIDAD DEL VALLE

En un breve contexto que nos sirva para explicar el trato discriminatorio e injusto que han recibido las distintas Comunidades Negras en Colombia, donde las prácticas de racismo, discriminación y exclusión se observan en la cotidianidad y en la formación y estructura del Estado-nación colombiano. Ésta lógica no es distinta y extraña en la Universidad del Valle, institución orgullo del departamento con la mayor población Negra en Colombia. Al unísono en práctica y discurso no hace falta ver las bondades de justicia e igualdad de derechos y oportunidades que predica el Estado y sus distintos gobiernos, del mismo modo se replica en la Universidad del Valle donde su dinámica social se asemeja a un país retardado política y culturalmente, en este caso Colombia.



Para el reconocimiento de las Comunidades Negras por parte del estado se necesitó de la Ley 70/93, así mismo tomando como punto de partida la Ley antes mencionada, esta comunidad luchó y exigió la resolución 097/03,”por la cual se crea la condición de excepción comunidades afrocolombianas para el ingreso a los programas académicos de pregrado” y dictamina que el 4% de los cupos de éstos serán asignados a las personas pertenecientes a las Comunidades Negras.

Según lo anterior, esta comunidad debería, particularmente al interior de la universidad gozar de unas oportunidades de bienestar que le permita a cada hombre negro y mujer negra tener unas condiciones mínimas de ingreso, sostenimiento y graduación para lograr un progreso personal, familiar y que en últimas repercuta en el avance y desarrollo del pueblo negro/afrocolombiano, pero lamentablemente no es así.



En el proceso de consecución, difusión, defensa e implementación de dicha resolución el Colectivo Afrodescendientes Pro-Derechos Humanos Benkos Vive,-CADHUBEV, desde hace 10 años ha estado al frente encarnando este proceso que de alguna forma ha servido para el avance y desarrollo de muchas personas de nuestra comunidad que han ingresado y se han graduado de esta universidad a partir de esta resolución, que en últimas pone un punto en alto en la eliminación de uno de los problemas más graves que tenemos como comunidad en Colombia, el limitado acceso a la educación superior. Dado esto, no hace falta que necesariamente para la dirección universitaria, unidades académicas, dependencias, facultades como la de ingenierías y en síntesis el establecimiento universitario, nosotros como comunidad y colectivo de trabajo en pro de nuestra gente seamos un problema engorroso y por ende hay que eliminar.
En un inicio y observando las dificultades logísticas, metodológicas y pedagógicas que nuestra gente tenía para el ingreso a la universidad a través de la resolución, nos pusimos en la tarea de implementar una dinámica llamada “inducciones” siendo ésta, en donde se asesora académica y logísticamente a las personas para el ingreso a la universidad, desde cómo, cuándo y dónde se pedía el pin hasta el hacer la fila para entregar los documentos, no escatimando detalles para el beneficio de nuestra comunidad, dado el éxito y lo bueno de la iniciativa nunca antes implementada por nadie aquí a la universidad, muchos (dirección universitarias, dependencias, facultades como la de ingenierías y la de ciencias naturales y exactas, y aún más la vigilancia de entonces, increíblemente) se enojaron y la universidad empezó a mostrar su faceta racista prohibiendo el uso de salones para la realización de dicha dinámica, hasta llegar al punto de aumentar su seguridad en los salones, cambiando cerraduras, poniéndole remaches etc., esto generó que tuviéramos que realizar las inducciones en las plazoletas y áreas abiertas para congregar a los jóvenes afrocolombianos aspirantes a estudiar en la universidad. Debido a la intemperie, se dificultó el trabajo ya que nos exponíamos a la lluvia y al sol por no tener un salón para realizar nuestras actividades.

Desde las porterías de la universidad empezaba la exclusión y control de nuestra gente para el ingreso al campus universitario (1´000.000 has, siendo el segundo más grande de Colombia, donde caben todos -menos ustedes los negros- como se atrevió a decir un vigilante en el año 2007.) Exigiendo con abuso el carnet, selección de personas para requisa, siendo los afros en su mayoría los aludidos y sospechosos, sometiéndolos a cuestionarios, posteriormente haciendo un control exagerado por la radio y demás vejámenes, siendo común escuchar por sus radios decir; vea allí va un, o unos “negros”, vestidos de tal forma… , creo que van para Cadhubev! Esta práctica ofensiva y racista generó muchos conflictos con la “seguridad” y vigilancia, en la que muchos de nuestros miembros fueron a parar al órgano de control llamado “asuntos estudiantiles” donde los pre-avisan y amedrantan con expulsarlos. Entendimos que para el contexto ver demasiados “negros” pareciera que les causara un trauma, era y es difícil comprenderlo y aceptarlo. Pasamos de ser un simple “negrito” por salón, en las épocas donde sólo había uno, a ser 3, 4, 5 y hasta 10 y 12 estudiantes afrocolombianos por salón, de 3% a 13% en 8 años. Con proyección a 20% en los próximos 5 años, y más….esto significa poder negro!, y el establecimiento hegemónico universitario fiel copia del establecimiento hegemónico criollo colombiano racista, le teme al poder negro. Representado en la creciente postura antidiscriminatoria y antirracista. Después del ingreso, muchos y muchas compañeras y compañeros estudiantes se enfrentan a una masacre académica, dada sus falencias en su proceso formación desde la primaria y el bachillerato, sumado a esto hay un número significativo de profesores y estudiantes que consideran que quien ingresa a través de la Ley de cupos no tiene la suficiente capacidad mental e intelectual para competir en igual de condiciones en el proceso académico. Es obvio que estas apreciaciones tienen una carga racista frontal. Ante esto, decidimos implantar un programa de ayudas académicas la cual consistía en: los compañeros y compañeras que fueran más adelantados apadrinaban y colaboraban con aquellos que venían atrás, la demanda era inmensa y de todos los temas, así el programa decayó, nosotros éramos muy pocos y, logísticamente no estábamos preparados para todo ese trabajo. Quedó lo puntual, ayuda particular en unos temas específicos para quienes tenían más dificultades. La Universidad del Valle siendo consciente de esta problemática y ante las críticas fuertes hacia su apatía ante el asunto, sale al paso y crea el programa llamado “universidad y culturas”, por un lado bueno pero por otro malo, según el criterio con que se mire. Se implementaron las asignaturas de; español para afros por un lado y por otro cálculo para afros. A algunos les sirvió a otros no, según el criterio con que se mire. Sin más palabras el programa se acabó, por no decir que fracasó, no fue integral, no contó con la opinión de los estudiantes afrocolombianos, ni mucho menos con la opinión de quienes venían apoyando en los refuerzos académicos.

Pese a todo y como siempre, con el ímpetu y ejemplo de nuestros líderes y lideresas que realizaron y realizan luchas en pro de nuestros derechos y reivindicaciones históricas, nos pusimos a la tarea de implementar los Estudios Afrocolombianos como parte de nuestro trabajo en la formación académica e ideológica de nuestras comunidades. Dado a que la universidad le importa abordar estos temas pero desde una mirada opresora y en carnavalesca. Situando a los pueblos afrodescendientes en calidad de objeto o fetiche de investigación. Su modelo de educación eurocéntrica no permite abordar los estudios relacionados con los pueblos afrodescendientes desde una perspectiva crítica y liberadora. Diseñamos e implementamos dentro de la Universidad del Valle el “Círculo de Estudios Afrocolombianos Benkos Biohó”. Esto lo logramos sin la ayuda de ningún individuo o estamento que represente la universidad. En dicho Círculo se trabaja en la inducción sobre el ingreso a la universidad para las personas pertenecientes a la Comunidad Negra y abarca también talleres dentro de la Cátedra de Estudios afrocolombianos. La cual es un espacio de diálogo, debates, análisis, articulación y proyección de desarrollo. Además de la realización de formas de movilización. De igual modo estos talleres son el único requisito que exigimos a nuestra comunidad para las cartas de avales a aquellos que las necesitan para el ingreso a la universidad por la condición de excepción. Es preciso recordar que para la universidad los Estudios Afrocolombianos se reducen a una mezquina e infame asignatura electiva complementaria de tres (3) créditos denominada “comunidades afrocolombias”. No hay nada más, es todo lo que hay para la población negra.

Consiente de esta grave ofensa, generamos una dinámica de repercusión convocando a todos, tanto estudiantes como aspirantes y demás a asumir y empoderarnos en esta cuestión, siendo habitual que todos los sábados contemos con un mínimo de 200 personas, para lo cual utilizamos una serie de aulas para no realizar el trabajo en la intemperie, a veces teniendo que ingresar de forma irregular para garantizar un asiento para la atención digna a nuestra población esto para la universidad es incómodo, llegando incluso a considerar esta actividad como ilegal porque no es académica, según su criterio. Y más aún no está acorde el marco legal, sus políticas y su misión institucional que dice:

“La Universidad del Valle, como Universidad Pública, tiene como misión educar en el nivel superior, mediante la generación y difusión del conocimiento en los ámbitos de la ciencia, la cultura y el arte, la técnica, la tecnología y las humanidades, con autonomía y vocación de servicio social. Atendiendo a su carácter de institución estatal, asume compromisos indelegables con la construcción de una sociedad justa y democrática”.



Según el trato denigrante de esta institución, esto cobija a todos menos a la población negra de este país, nada más injusto, antidemocrático y ampliamente racista y excluyente. Ahora ya no son los remaches y cambios de cerraduras, ahora son las puertas metálicas también. A esto se suma una práctica sospechosa de amedrentamientos a aquellos estudiantes que de alguna forma toman una posición de liderazgo, todos ellos son objetos de amenazas a su integridad, en nuestro caso no es ajena esta práctica, nuestros principales líderes son objetos de estas prácticas de intimidación, sin saber las fuentes. Denunciamos ante la comunidad nacional e internacional las prácticas racistas y hegemónicas de exclusión hacia nuestro pueblo. En este momento la dirección universitaria, facultades, sus dependencias y demás establecimientos han tomado una posición frontal para impedir la dinámica de asesoría y Estudios Afrocolombianos dentro de la Universidad del Valle, llegando incluso a exigir de manera altanera el retiro de las y los jóvenes afrocolombianos de las aulas por no ser estar muchas y muchos de ellos matriculados en la universidad. Convencidos de que la lucha continua, siendo parte de nuestra esencia como pueblo, estaremos a la altura del reto impuesto y garantizamos con nuestras acciones de lucha el respeto hacia nuestra comunidad.

"Los que hacen imposible la revolución pacífica, harán inevitable la revolución violenta"
Martin Luther King Jr.

Documento Anexo:

Carta de rechazo al préstamo de aulas

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