Fuente: http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/danielsamperpizano/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-8853123.html
Por: Daniel Samper Pizano. 12 de febrero de 2011
Los beneficios a afrocolombianos podrían desatar una nueva forma de discriminación racial.
Martha Amor Olaya es una mulata cartagenera de 31 años. Su sueño es realizar estudios avanzados para mejorar sus conocimientos y sus ingresos, pues es madre soltera y su precario sueldo la confina a la casa paterna. Hace un año creyó tener esa oportunidad con dos becas que ofrecían el Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena (IPCC) y la U. Tecnológica de Bolívar. Requisitos: de preferencia, ser mujer, afrodescendiente con labores en comunidades étnicas, titulada y perteneciente a los estratos 1, 2 o 3. Martha los reunía. Se presentó ilusionada y pagó los 100.000 pesos de inscripción. Su examen fue bueno, pero no le dieron la beca. Sospechó entonces que su problema radicaba en no ser suficientemente negra. Sin embargo, al año siguiente, 2011, volvió a presentarse.
Para acreditar su condición racial acudió a la Red Afro, entidad que trabaja por los afrocolombiano cartageneros; allí conocen su programa de radio Negro tenías que ser, que emite la U. de Cartagena. La Red avaló su pertenencia a las negritudes y su labor por ellas. Esta vez ocupó el segundo lugar entre los aspirantes y pensó que recibiría por fin una de las dos becas. Pero no. Las adjudicaron al primero y el tercero de la lista. A Martha le llamó la atención que los beneficiados tenían la tez más oscura que ella, y llegó a una triste conclusión que consignó en un artículo del diario El Universal (5 de febrero de 2011): "Por no ser negra de verdad-verdad no puedo participar en igualdad de condiciones en convocatorias dirigidas a afrodescendientes".
Martha es de color "marroncito", según decía Álvaro Cepeda Samudio que somos los colombianos. Más o menos el tono de Barack Obama. Una de sus abuelas es negra de pelo "rucho" (crespo apelmazado), otra es negra clara, un abuelo es mulato y el otro, blanco. En fin: de indudables raíces africanas y color café con leche, como la mayoría de los cartageneros. "A mí me han llamado negra, bembona, mohína, prieta, morena, mulata...", dice. Pero la poca leche del café oscuro la descalificó ante el IPCC. Esa tez que no atajó el arribo de Obama a la Casa Blanca impidió que Martha ganara una beca. Hay más casos parecidos.
Yo estoy de acuerdo con las cuotas y estímulos por género y por etnia. Mujeres, negros e indígenas son víctimas de una discriminación secular que es preciso romper de muchas maneras. Debemos mucho a ellos como para ponernos con remilgos a la hora de otorgarles algunas gabelas. Pero veo muy peligroso introducir ventajas según la intensidad del color de la piel -sobre todo si es requisito secreto, vergonzante, no anunciado-, pues fomenta nuevas injusticias, provoca un abominable odio intrarracial y lleva a fracasos académicos.
No nos metamos en ese berenjenal. Si empezamos con el sonsonete de que hay negros que no son suficientemente negros, acabaremos contratando asesores nazis o reponiendo la insólita tabla clasificatoria que trazaron los conquistadores españoles: aquello de mesundio, lobo, no-te-entiendo, lunajero, ochavón, cuarterón... Si una mujer desciende de africanos, se identifica con su raza, cae entre los estratos 1 a 3 y presenta un buen examen, la beca debe ser suya. Lo demás es engaño o discriminación racial invertida.
ESQUIRLAS. 1) Siendo Procurador, Edgardo Maya sancionó al ex ministro Fernando Londoño y lo conminó a devolver 145 millones de acciones "que se apropió de manera indebida". Al subir su sucesor, Alejandro Ordóñez, Londoño se proclamó gran cuate suyo. Ahora Ordóñez acusa a Maya por unas grabaciones que el Consejo de Estado ya consideró legales. ¿A qué juega Ordóñez al desconocer la cosa juzgada? ¿Pretende vengar a su amigo Londoño? Es peor la justicia mal administrada que la falta de justicia.
2) Greenpeace confiere cada año un "premio" a la empresa más destructora del medio ambiente. Informa Efe que la ganadora esta vez fue la multinacional sudafricana AngloGold/Ashanti "por el envenenamiento de tierras y ríos durante el proceso de extracción de oro en Ghana". Es una de las firmas que aspiran a sacar tajada en el nuevo El Dorado colombiano.
Desde hace varios años, el autor del texto recibe comentarios a su columna en cambalache@mail.ddnet.es
El señor Daniel Sampero Pizano, como gran cuate de Marta Amor, la convierte en una pobre negrita, sin casa, con precario sueldo, cuando en realidad es la directora de la emisora de la Universidad de Cartagena, la cual hizo estudios de posgrado y hasta viajó al exterior a estudiar inglés, tal como lo demuestra Claudia Ayola. Lamentable que Samper Pizano, critique la política de cuates entre Ordoñes y Londoño, pero no se mire la viga, de su cuataje con Marta Amor. Dios quisiera y así como el señala lo de Obama, en Colombia al menos existiera en la escritura de la historia patria, en donde a un zambo como Juan José Nieto de Sibarco- Atlántico- no se le reconoce como presidente de Colombia por ser negro.
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