martes, 5 de abril de 2011

LA POBRE NEGRITA

Fuente: http://www.eluniversal.com.co/opinion/la-pobre-negrita

Por: Claudia Ayola Escallon. Febrero 2011

En su reciente columna, Martha Amor, directora de UdC Radio, alude a su malestar por no ganar la beca para la Maestría de Desarrollo y Cultura de la Universidad Tecnológica de Bolívar, financiada con recursos públicos administrados por el IPCC.

La beca está diseñada especialmente para fomentar los estudios culturales para profesionales que tengan las siguientes características: Preferiblemente afro, de estratos bajos y preferiblemente mujeres. “Preferiblemente” no es una idea caprichosa, se refiere a acciones afirmativas que favorecen especialmente a quienes pertenecen a grupos sociales tradicionalmente marginados.

Amor tiene un cargo importante como directora de la emisora de la Universidad de Cartagena, un salario que la mayoría de los cartageneros envidiaría y un reconocimiento social importante. Estudió en una universidad privada prestigiosa, viajó al exterior con la intención de aprender inglés, y por fortuna ha gozado de condiciones de vida privilegiadas.

En una ciudad en la que adolescentes adinerados salen a practicar tiro al blanco con una joven negra, en la que las mujeres negras tienen que interponer tutelas para que las dejen entrar a discotecas, y los jóvenes negros son contratados para vestirse de esclavos en los pomposos matrimonios, como el de Simón Gaviria –hijo del ex presidente César Gaviria-, se tiene la obligación urgente de generar las condiciones efectivas para la igualdad.

Los beneficios a los más discriminados sólo pretenden cerrar la brecha social, que por tantos años ha dominado esta tierra y que tanta falta nos hace. Esta compensación se fundamenta en el inciso segundo del artículo 13 de la Constitución Nacional que reza “El Estado promoverá las condiciones para que la igualdad sea real y efectiva, y adoptará medidas a favor de grupos discriminados o marginados”.

Nadie duda de las ventajas sociales de Amor. Sus argumentos me recuerdan a La Pobre Viejecita, cuento de Rafael Pombo, quien ilustra de manera exquisita lo que somos los seres humanos. La beca está dirigida a gestores culturales afrodescendientes, y a aquellas personas cuyo trabajo se oriente en beneficio de estos grupos sociales, y este tampoco es el caso de Amor. No es cierto que “Negro tenía que sé” sea un programa suyo.

Los ganadores fueron Rodrigo Miranda, licenciado en Ciencias Sociales, docente de historia afroamericana, y Rudelsi Simarra, miembro activo de la Asociación de Mujeres Afrodescencientes Graciela Chá Inés. Tienen méritos, cumplen con las condiciones y no es el grado de oscuridad en la piel lo que les permitió ganar.

Parece que una beca dirigida a población afro de bajo estrato, hace que de repente empecemos a sentirnos un tanto más negros y un tanto más pobres. A mi juicio, se trata de reacciones oportunistas de clases con ciertos privilegios, que defendiendo intereses personales, ponen en peligro las pocas acciones afirmativas que ayudan a tener una sociedad más equitativa.

*Psicóloga

claudiaayola@hotmail.com

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