Fuente*: http://www.elespectador.com/impreso/columna-260131-acciones-afirmativas
Respuesta a la columna "CERTIFICADO DE NEGRO"
Por: Claudia Mosquera Rosero-Labbé
POR ESAS COINCIDENCIAS QUE GEneran les airs du temps en los últimos años apareció el tema de la memoria tanto en la literatura como en las ciencias sociales; el olvido que seremos, afrorreparaciones: memorias de la esclavitud y justicia reparativa para negros, afrocolombianos, raizales y palenqueros.
Todos llamaban la atención acerca del lugar que debería otorgarse a las memorias violentadas con el ánimo de crear un país plural, hecho con los aportes de grupos y personas de culturas políticas divergentes, de otras confesiones, de luchas campesinas, de colonos, de migrantes sirio-libaneses, judíos de la diáspora, chinos, japoneses, indios, gitanos, descendientes de africanos y de pueblos indígenas.
La discusión acerca de las memorias históricas es imprescindible para reconocer los daños estructurales que produjo la creación de una decimonónica nación excluyente, la profundidad de las heridas sociales y el sufrimiento tanto colectivo y personal que genera el desconocimiento generalizado de otros proyectos societales que buscaron democratizar la democracia y ampliar la ciudadanía.
Las acciones afirmativas se hacen para revertir los efectos negativos que produjo la institución económica de la esclavitud. Las memorias de la esclavitud están aún presentes en la racialización de la vida de las mayorías negras que les impide igualdad de oportunidades. La anécdota utilizada por Héctor Abad en su pasada columna acerca de la mujer negra excepcionalmente meritocrática, que opina lo mismo que la sociedad mestiza racista a quien le dicen en Boyacá “sumercé negra”, es fragmentaria. Los territorios negros, a diferencia del ejemplo, son objeto de disputas con muertes de líderes, con masacres y ejecuciones extrajudiciales y destierros.
Estos datos debería el columnista enfatizarlos, pues no es el caso aislado de la amiga que vive plácidamente en Providencia, lugar en donde los isleños sin el uso de la violencia física impiden que los continentales compren tierras por temor a que ocurra lo mismo que pasó en San Andrés con la llegada de empresarios paisas emparentados con el narcotráfico. Esta amiga pudiera comprar un lote en los Montes de María en donde la picaresca local ahora llama los Montes de Ave María Pues, ante la masiva presencia de quienes compran tierras a diestra y siniestra a cualquier precio.
Una humanidad compartida, sin diferencia alguna es el sueño que muchos anhelamos. Pero ella no aparecerá como por arte de magia, con un obstinado negacionismo ante los daños del racismo y de la racialización, esa humanidad hay que concretarla por medio de políticas públicas de inclusión social.
Para terminar, resulta perverso desviar la discusión seria sobre la necesidad y las razones para realizar acciones afirmativas, levantando fantasmas dormidos, ayer el temor a la pardocracia, hoy a la afrocracia; señalando errores que deben ser parte del debate político de los actores concernidos en esta discusión; mostrando con orgullo su crasa ignorancia sobre las relaciones raciales de las colonias anglosajonas y las españolas. A este estilo lo llamo racismo seudoerudito y anecdotal.
*En los artículos periodísticos como este, se recomienda consultar la fuente, pues los comentarios de los foristas del diario enriquecen la discusión y sirven como termómetro de la opinión pública.
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